DEFINE
CLARAMENTE LOS OBJETIVOS Y SELECCIONA LO MÁS IMPORTANTE.
Ser más efectivo con tu tiempo es
totalmente irrelevante si no sabes en que invertirlo.
En ocasiones,
las personas gastamos mucha energía intentando ser más eficientes, sin saber a
ciencia cierta que es lo que queremos conseguir. Recuerda que es primordial
distinguir entre las cosas que realmente son importantes y las que no lo son.
Una manera
sencilla de realizar esto es determinar cuanto cuesta tu tiempo por hora, es
decir, la cantidad que deseas ganar al mes divido entre las horas que trabajas
(el estándar son 160: 8 horas al día, 5 días a la semana y 4 semanas por mes).
Una vez
determinado este valor sólo sigue la siguiente regla: no hagas nada que
potencialmente te pague menos que tu valor por hora multiplicado por el tiempo
que invertirás en la tarea.
ANALIZA COMO GASTAS TU TIEMPO.
ANALIZA COMO GASTAS TU TIEMPO.
Te
sorprendería saber en cuantas cosas sin importancia gastamos el tiempo. Sin
embargo, para conocer con exactitud cuales son estas cosas sin importancia,
necesitamos primero hacerlas concientes, y esto se logra llevando un registro.
Una manera de
hacerlo es utilizar un reloj con una alarma que suene cada 30 minutos.
Cada vez que
suene el reloj, escribe brevemente las actividades que realizaste en la pasada
media hora. Una vez que tengas los registros, examínalos.
¿Cómo se relacionan tus objetivos con las
actividades en las que realmente inviertes el tiempo?
¿Estás
realmente atendiendo cosas relevantes y prioritarias?
Lleva una lista de tareas pendientes.
Esta es una de
las cosas más simples y a la vez más poderosas de cualquier sistema de
administración de tiempo: la lista de tareas.
No importa si
utilizas el dispositivo electrónico de moda o una hoja de papel estraza, pero
lleva un registro. Lo que realmente hace la diferencia es el hábito de escribir
tus tareas pendientes día tras día.
ASIGNA PRIORIDAD A TUS TAREAS.
Una vez
terminada tu lista, determina cuales son los elementos más importantes y
márcalos de alguna forma que resalten sobre todos los demás.
Si la lista es
muy grande, haz una nueva lista con los elementos prioritarios para el día o la
semana. Volviendo a la práctica de determinar tu valor por hora, otorga más prioridad
a las tareas que potencialmente te paguen más.
PLANEA TU DÍA DESDE EL DÍA ANTERIOR.
PLANEA TU DÍA DESDE EL DÍA ANTERIOR.
Todos los
expertos en administración del tiempo recomiendan planificar desde el día
anterior las actividades del día siguiente.
Toma los
últimos 10 minutos de cada día para repasar tu lista de pendientes y determinar
que es lo que tienes que concretar al siguiente día. Este simple ejercicio te
permitirá comenzar cada jornada sabiendo exactamente que necesitas hacer y con
cual tarea debes iniciar.
NO DEJES LAS COSAS PARA DESPUÉS.
Reza el viejo
dicho popular: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Aplazar para el
final las cosas que no te gusta hacer es una de las peores estrategias que
puedes utilizar, ya que lo único que lograrás es prolongar el estrés asociado a
la tarea.
¡Haz lo que no
te gusta hacer primero! De esta manera, el resto del día transcurrirá de manera
más placentera.
Si la tarea es
muy grande, divídela en tareas más pequeñas hasta que te sea fácil dar el
primer paso.
DELEGA EN LOS DEMÁS.
DELEGA EN LOS DEMÁS.
Una forma de hacer más en menos tiempo
es asignando tareas a terceras personas.
La clave para delegar consiste en
asignar alguna actividad a alguien más si este puede hacerlas más rápido, más
fácil o mejor que nosotros.
En caso de que no tengas a alguien
directamente a tu cargo, considera delegar las tareas en un tu pareja, un
proveedor o inclusive en un cliente. Recuerda que como decía Maquiavelo: “el
fin justifica los medios”.
Eso sí,
después de delegar no se te olvide agradecerle a los demás de la manera
apropiada. Probablemente estas pensando que a la gente no le gusta recibir
tareas de terceros.
Sin embargo,
diversos estudios muestran exactamente lo contrario: a las personas nos gusta
que nos asignen tareas y especialmente si somos buenos haciéndolas; así que
escoge a la persona más apropiada y delega la tarea.
APRENDE A DECIR “NO”.
Decir “no”
puede ser una de las herramientas de administración de tiempo más poderosas que
puedes llegar a dominar.
Por supuesto,
no se trata de evadir responsabilidades, sino de invertir nuestro tiempo en
donde somos más productivos.
Si la tarea en
cuestión interfiere con los objetivos que tienes planteados, busca una manera
sutil para negarte. Sugiere a otra persona que pueda hacer el trabajo con los
mismos o mejores resultados y siempre de la manera más amable posible.
De manera similar, una de las filosofías que mejor me ha funcionado en los negocios es la siguiente: solo acepta los proyectos en donde ambas partes ganen, tanto el cliente como tu empresa.
De manera similar, una de las filosofías que mejor me ha funcionado en los negocios es la siguiente: solo acepta los proyectos en donde ambas partes ganen, tanto el cliente como tu empresa.
Si el cliente
no se va a beneficiar “substancialmente” al adquirir tu producto o
servicio, e insisto, “substancialmente”… mal negocio.
Por otro lado,
si la remuneración que obtendrás por el proyecto no te permite obtener una
utilidad razonable después de pagar los costos, mal negocio. Los mejores
negocios que puedes hacer son siempre en donde ambas partes ganan.
CONCÉNTRATE EN LA TAREA ACTUAL.
CONCÉNTRATE EN LA TAREA ACTUAL.
Concéntrate al
cien por ciento en una y sólo una tarea a la vez. Cuando logramos concentrarnos
al 100% por espacios de horas, tenemos periodos altamente productivos.
Sin embargo,
lograr esta concentración y entrar en esta zona de productividad cuesta mucho
trabajo y cualquier interrupción es suficiente para salir de ella.
Es por esto
que debes tratar de eliminar todas las distracciones posibles: desconecta el
teléfono o activa la contestadora, apaga el celular, cierra el correo
electrónico o los
PROGRAMAS PARA “CHATEAR” Y CIERRA TU PUERTA.
No te olvides de la persona más importante. A veces, cuando tenemos grandes proyectos en puerta, tendemos a olvidarnos de los demás y lo que es peor, de nosotros mismos.
No te olvides de la persona más importante. A veces, cuando tenemos grandes proyectos en puerta, tendemos a olvidarnos de los demás y lo que es peor, de nosotros mismos.
Sin embargo,
para ser altamente productivos requerimos de un adecuado balance entre cuerpo y
mente.
Realizar
actividades que nos relajen, alimentarnos de manera adecuada y compartir tiempo
con nuestros seres queridos, es lo que realmente nos permite adquirir un estado
de armonía y rendir al máximo por periodos prolongados.
No olvides
recargar tus baterías, porque solo así obtendrás la energía que necesitas para
concretar todos tus proyectos.
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