jueves, 2 de junio de 2016

LAS SARDINAS












Las sardinas son una fuente principal de vitamina B12 y contienen altos niveles de triptófano. También son una gran fuente de selenio, vitamina D, ácidos grasos omega-3, proteínas, calcio y fósforo. Añadido a eso, siendo que están tan cerca de la parte inferior de la cadena alimentaria, sardinas contienen niveles más bajos de toxinas (como el mercurio y PCBs) que muchos otros tipos de peces.

LOS BENEFICIOS CARDIOVASCULARES
Las sardinas son ricas en numerosos nutrientes que se han encontrado para apoyar la salud cardiovascular. Son una de las fuentes más concentradas de los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA, que se han encontrado para reducir los triglicéridos y los niveles de colesterol. Las sardinas son una excelente fuente de vitamina B12, que promueve la salud cardiovascular, ya que está íntimamente ligado a mantener los niveles de homocisteína en equilibrio; homocisteína puede dañar las paredes arteriales, con niveles elevados de ser un factor de riesgo para la aterosclerosis.

Salud ósea y articular

Las sardinas son una fuente excelente de la formación de los huesos de calcio y contienen sorprendentemente altas concentraciones de vitamina D, un nutriente no tan fácilmente disponible en la dieta. La vitamina D previene la inflamación no deseados y ayuda a los huesos en su absorción de calcio. Las sardinas son una gran fuente de fósforo, también, un mineral clave en el fortalecimiento de la matriz ósea. Estudios recientes también muestran que los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en abundancia en las sardinas apoyan cartílago de las articulaciones y ayudar a regular y estabilizar el equilibrio de colágeno y minerales en el hueso y el tejido circundante.


PREVENCIÓN DE CÁNCER

Durante muchos años, los investigadores han sabido que la vitamina D participa en la regulación de la actividad celular. Debido a ciclos celulares juegan un papel clave en el desarrollo del cáncer, la ingesta óptima de vitamina D puede llegar a jugar un papel importante en la prevención de varios tipos de cáncer.


El selenio, de las cuales las sardinas son también una muy buena fuente, es un mineral con actividad antioxidante potente, cuya ingesta alimentaria se ha asociado con un menor riesgo de cáncer. Los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en las sardinas también se han conectado con menor riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer colorrectal, cáncer de próstata y cáncer de mama. Regular la ingesta de ácidos grasos omega-3 se ha demostrado ser especialmente eficaz contra los cánceres relacionados con células de glóbulos o nódulos como la leucemia, el mieloma múltiple y el linfoma no-Hodgkin. El consumo de pescado graso, como la sardina, presenta una protección sustancial contra el carcinoma de células renales, la forma más común de cáncer de riñón.


SALUD DE LOS OJOS

Los altos niveles de ácidos grasos esenciales omega-3 en las sardinas ofrecen una protección sustancial contra la degeneración macular (AMD) del ojo, una condición en la que la visión fina se deteriora, lo que resulta en la pérdida de la visión central y es la causa principal de ceguera en personas mayores de 50 años. los estudios también sugieren que el consumo de ácidos grasos omega-3 también reduce el riesgo de síndrome de ojo seco, una causa común de quejas oculares.

PIEL Y EL CABELLO

Los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en la humedad de bloqueo de mariscos en las células de la piel, estimulando la producción de fuertes fibras de colágeno y elastina, que contribuyen a una piel de aspecto más joven. Los omega-3 también se han sabido para aliviar manchas de la piel y mantener un buen brillo del cabello. Los omega-3 proporcionan nutrientes a los folículos pilosos, lo que ayuda a crecer el pelo sano y prevenir la pérdida de cabello. Una fuente rica de proteínas también es importante para el crecimiento del cabello. El alto contenido de proteínas de pescados y mariscos ayuda a mantener el cabello fuerte y saludable.

LLENO DE PROTEÍNA

Las sardinas son ricas en proteínas, que nos proporciona los aminoácidos. Nuestro cuerpo utiliza los aminoácidos para crear nuevas proteínas, que son las bases de las células.

Las proteínas son la base de los músculos y los tejidos conectivos, los anticuerpos que mantienen a nuestro sistema inmune fuerte, y entregan oxígeno y nutrientes a través de nuestros cuerpos.


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