Cada vez estamos comprando más
cosas y uno se pregunta ¿realmente vale la pena?, ¿hay un límite de cosas que
comprar o es solo el dinero el que nos limita?
El consumo te consume
Para poder responder a esto tenemos
que entender que cada vez que compramos algo estamos perdiendo dinero, pero
también estamos perdiendo algo mucho más valioso, el medio ambiente que se
destruye por los procesos sucios que generan la mayoría de las cosas.
Pero también perdemos tiempo, ir a
la tienda y comprar, usar lo que compramos, instalarlo, pero lo grave es que
muchas veces hacemos todas esas cosas y ni siquiera las usamos.
Entender esto es vital, cada vez
que compramos algo tenemos que dar algo a cambio, en este caso dinero, pero la
mayoría para obtener dinero “vende su tiempo” trabajando.
Por lo tanto si consumiéramos menos
cosas podríamos trabajar menos y tener más tiempo para disfrutar con nuestras
familias, y con la vida misma.
No necesitamos tener tantas cosas,
la verdad es que con poco se puede vivir muy bien si uno es capaz de usar
eficientemente los recursos, también puede aprender mucho y volverse más feliz,
puede parecer raro, porque nos han educado que entre más mejor.
De hecho en los cursos básicos de
economía se habla de que los bienes mejoran el bienestar y que cada vez que
compramos algo nos volvemos más felices.
Sin embargo eso no es cierto,
estudios han probado que las personas son más felices cuando no tienen los
bienes esenciales y es obvio, si no tuviéramos comida, ropa, un hogar,
probablemente seríamos menos felices, pero cuando nuestras necesidades básicas
están satisfechas, en algunos casos el consumo en vez de aumentar el bienestar
lo disminuye.
Esto es porque al estar tanto
tiempo trabajando para comprar perdemos de hacer las cosas que realmente nos
hacen felices, que precisamente no son comprar y consumir, sino compartir con
la familia, los amigos, la naturaleza. Y bueno cada persona tiene sus gustos y
debe saber que podría hacer algo mucho más entretenido con su tiempo que
trabajar.
La idea que les planteo no es dejar
de consumir, ni dejar de gastar ni nada por el estilo, solamente que comprendan
que si consumen menos tienen más tiempo para disfrutar, y entre más disfrutemos
más felices vamos a ser, por lo tanto muchas veces podemos pensar en trabajar
un poco menos, consumir un poco menos y dedicarnos a lo que realmente nos
importa.
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