Juan Manuel Ramírez.- Un cactus reptante, conocido como
chirinola, tiene la capacidad de desplazarse, pero es esa rara característica y
su forma de oruga, la causa de su depredación y de la disminución de su
población.
Este cactus, que es endémico del noroccidental estado
mexicano de Baja California Sur, crece de manera paralela al suelo y
siempre en dirección al sol.
“Solo crece en esta parte de México, no existe en otra parte del mundo. Es
una planta que cuando hablo de ella, digo que es la única cactácea en el
mundo que camina”, contó a Efe Alfredo Beltrán Morales, investigador del
departamento académico de agronomía de la Universidad Autónoma de Baja
California Sur (UABCS).
Cactus reptante
El nombre científico de la chirinola es Stenocereus eruca, que significa
oruga por la similitud del cactus con esta larva de insecto.
“Se va moviendo de un lugar a otro. La parte de atrás, o la parte más
vieja, crece en forma de pasto, se seca y empieza a echar raíces, éstas se
alimentan de la materia orgánica que dejó la planta muerta y entonces avanza
muy lentamente. Esa es su principal característica”, relató.
De esta manera, la planta “tiene que morir para seguir
viviendo” y su alimento son los nutrientes que ha dejado en el camino. En
síntesis, dijo, es “un capricho de la naturaleza”.
El hábitat natural de la planta son los llanos de la Bahía Magdalena, una
barrera arenosa de 50 kilómetros de largo y rica en recursos naturales,
conocida también por ser el sitio de Baja California donde cada año se aparea
la ballena gris.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de México,
comentó que la chirinola es pariente de la pitahaya dulce (Stenocereus
thurberi) y una planta “muy importante e inteligente” para la zona, ya que
crece en suelos “muy pobres”.
Tráfico ilegal
Esas características han convertido a la planta en un tesoro para los coleccionistas.
Beltrán Morales contó que hace unos años
investigadores de su universidad descubrieron que los ejemplares “se pueden
cotizar entre los 4.000 y 5.000 dólares en el mercado negro” y
que su principal destino es Europa.
Las cactáceas son endémicas de América y precisamente el comercio ilegal ha
sido uno de los factores para su disminución poblacional, recordó.
“Muchas personas llegaban y se las llevaban para venderlas. Es una planta
extremadamente rara y eso la hace muy cotizada y, por consiguiente, susceptible
a que empiece a disminuir su población”, apuntó.
Fuertes espinas
Además de los traficantes, los rancheros locales han agudizado el ataque y
disminución de la especie debido a que las fuertes espinas de la planta en
ocasiones llegan a dañar al ganado y los productores optan por cortarlas.
“Sabemos que son muy espinosas y, cuando el ganado anda pastando, (los
rancheros) las quitan. Y esa es una de las formas en las que se depreda”,
explicó a Efe Sullivan Higuera Navarro, promotor forestal de la Comisión
Nacional Forestal de Baja California Sur.
Señaló que en los últimos años los agricultores saquearon sin
miramiento la chirinola como parte de la preparación de sus tierras de cultivo,
por lo que actualmente su hábitat corre riesgo.
El cactus reptante está catalogado en la categoría A de la NOM-059 de la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México como
especie amenazada.
Asimismo, está incluida en la Lista Roja de Especies en peligro de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
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