SANTO
DOMINGO. La joven anota algunas cifras de la pantalla del aparato. Luego retira
el filtro del medidor. Se trata del medidor activo de partículas en el ambiente
con el que las autoridades intentan determinar la calidad de aire.
A simple
vista, el dato más revelador lo aporta el color del filtro que, tras seis días
de exposición, solo mantiene blanco el marco que le sujetaba al aparato,
mientras todo su centro se torna de color crema.
La joven,
técnico del Departamento de Calidad Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente,
explica que el filtro casi siempre termina de un tono gris oscuro, pero los
días previos a ese martes 8 de mayo, estuvo lloviendo y el agua limpia un poco
las partículas en el aire.
El aparato,
que comparte espacio con la estación meteorológica ubicada en la sede del
ministerio, no es determinante para conocer con exactitud la calidad del aire,
pero sirve de indicador de la contaminación que congestiona cada día a la
ciudad, sobre todo por el caótico transporte.
El país
carece de estudios generales recientes sobre calidad del aire, pero las
estimaciones que tiene Calidad Ambiental indican una emisión nacional de más de
3.7 millones de toneladas de contaminantes criterios al año.
En los
criterios se engloban aquellos contaminantes que emanan de la quema de
combustibles, incendios, uso doméstico e industrial del carbón, o la oxidación
del metano, entre otras. El per cápita del país es de 0.31 toneladas.
El estudio
más reciente data de 2009, cuando se realizó el “Inventario de Emisiones de
Contaminantes Criterios de República Dominicana”, a cargo de la Comisión
Centroamérica de Ambiente y Desarrollo (CCAD) y el Ministerio de Medio
Ambiente, con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID) .
El
inventario arrojó que el contaminante más abundante en peso, generado
antropogénicamente (actividad humana) es el monóxido de carbono (CO), con una
emisión a la atmósfera de 1,328,670 toneladas al año, generadas principalmente
por las fuentes móviles (transporte).
“Le siguen
en orden de importancia las emisiones de gases orgánicos totales (GOT) con más
de 828,708 toneladas anuales, siendo las fuentes móviles las que generan el
60%”, indica el documento.
El
inventario también arrojó 45,524 toneladas de dióxido de azufre (SOx) “emitidas
a la atmósfera por las fuentes de consumo de combustibles que contienen azufre
(carbón, combustóleo, gasolina y diesel), así como por diversos procesos
metalúrgicos y químicos que entrañan el manejo de materiales sulfurados (por
ejemplo, altos hornos, refinerías y plantas de producción de ácido sulfúrico)”.
Carbono
negro constipa a Santo Domingo
En el
Distrito Nacional, uno de los estudios más recientes se hizo en 2015 en el
sector Santa Bárbara, motivado, entre otras cosas, por el deterioro de las
edificaciones y el mal olor que genera la falta de drenaje y saneamiento.
Con un
muestreador ambiental portable se midió la presencia de material particulado
(PM 2.5 y PM 10). También se midió ruido y emisión de gases.
Los
resultados arrojaron que el PM 2.5, cuyos parámetros normativos establecen
valores por debajo de 65 microgramos por metro cúbico a 24 horas, en Santa
Bárbara había 55.9. El PM 10, cuyo valor normativo es de 150,el resultado fue
69.6 microgramos.
El ruido
excedía los niveles normales. Lo mismo sucedía con las emisiones de gases,
principalmente en los valores de dióxido de azufre, “que indica que estos
impactos son ocasionados por del tránsito vehicular”.
Más
reciente, en 2017, se hizo otro monitoreo en la avenida Gregorio Luperón y
próximo a la John F. Kennedy que calculó el grado de exposición de la comunidad
a las emisiones por tráfico vehicular.
Entre otras
cosas, el estudio reveló que el 40% del particulado PM 2.5 es carbono negro, un
residuo resultante de la combustión incompleta que se produce en el transporte,
la biomasa e industrias energéticas.
Aunque
permanece poco tiempo en la atmósfera, el carbono negro afecta la calidad del
aire y tiene impactos en la salud, causando problemas respiratorios y
cardiovasculares.
“No debemos
sobrepasar los 50 metros cúbicos por particulado anual, y normalmente los
valores al año, que son fruto de promedio, en Haina son de más de 50. en 2017
llegó a 80 microgramos”, Ruben Mesa, técnico de Medio Ambiente.
Informes de
la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que el aire contaminado
provoca la muerte de 7 millones de personas cada año y que el carbono negro
“constituye una parte importante de las partículas finas, el contaminante
atmosférico más frecuentemente asociado a muertes prematuras y enfermedades de
diversa índole”.
En el país,
las enfermedades respiratorias agudas tienen una incidencia de 4,941 casos por
cada 100,000 habitantes, como publica la Dirección General de Epidemiología
(Digepi), del Ministerio de Salud Pública.
Rubén Mesa,
director de Calidad Ambiental de Medio Ambiente, lamenta que el país carezca de
regulaciones suficientes para el control de emisiones en los vehículos pesados.
Recuerda
que el Foro de los Ministros de Medio Ambiente de América Latina acordó reducir
la cantidad de azufre en el combustibles a 50 partes por millón (que es el que
causaría menor impacto en la salud de las personas), pero que todavía en
República Dominicana se manejan valores de 5,000 a 7,000 partes por millón en
diesel.
El uso de
gas en muchos de los vehículos livianos ha resultado en una mejoría de las emisiones,
no así en los pesados.
La
Dirección General de Impuestos Internos (DGII) registra un parque vehicular de
4,097,338 unidades, de las que 574,039 entran en la categoría de pesados, como
camiones, autobuses, volteos y montacargas.
El 64.6%
del parque vehicular es motocicletas, con 2.2 millones de unidades; y los
automóviles representan el 21%, con 865,186 unidades.
“Nosotros
estamos trabajando con el Intran (Instituto Nacional de Tránsito y Transporte
Terrestre) y se ha planteado incluir en las normativas del transporte los
talleres de revisión técnica vehicular, para que no sea solo sustituir las revistas
como medida recaudadora, sino que se trabaje la regulación para reducir las
emisiones”, comenta Mesa.
Además de
los estudios particulares, en el país existen estaciones meteorológicas que
realizan mediciones regulares en varios puntos del país, como Puerto Plata,
Haina y la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), además de la de Medio
Ambiente.
La
tendencia de sus registros –explica Mesa– muestra que, a 24 horas, los valores
de material particulado se ajustan a la norma de no sobrepasar los 150
microgramos. Pero al hacer el promedio anual, los resultados exceden la norma
de 50 microgramos. “En Haina, por ejemplo, tuvimos 80 microgramos en 2017”.
Pero el
director de Calidad Ambiental no se arriesga a dar una opinión concluyente de
la calidad del aire. La falta de equipos automáticos que hagan mediciones por
segundo le imposibilita tener una idea de la situación real.
“Tenemos
estaciones, pero no a nivel nacional. Lo ideal es tener estaciones automáticas
que midan por minuto o segundo pero son muy costosas (se cotizan en unos 7,000
dólares)”, dice.
“Las
estaciones que tenemos solo miden contaminantes criterios de material
particulado en su fracción PM10 cada seis días y de forma manual. La idea es
que tengamos contaminantes criterios que midan todos los contaminantes en
tiempo real”, agrega.
Pero
Enrique de León, dirigente del Comité contra el Cambio Climático, entiende que
el país está muy expuesto a los contaminantes y que las autoridades, en lugar
de intentar reducir el problema lo empeoran. Pone de ejemplo el proyecto de las
dos plantas a carbón que el Gobierno construye en Punta Catalina, Peravia.
“Deberíamos
aspirar a contar con el 85% de energías renovables en nuestra matriz eléctrica
y una flota vehicular a gas natural y eléctrica”, dice.
Sugiere que
se obligue a las personas a colocar filtros en fábricas, generadoras eléctricas
y en los escapes de los vehículos, así como incentivar el uso de la bicicleta
como transporte habitual
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