Muchas
personas ven en los frutos secos a uno de los peores enemigos de las dietas por su alto contenido en calorías.
Efectivamente,
su valor calórico es bastante elevado, unos 100 gramos contienen 600 Kcal, sin
embargo al ser alimentos ricos en fibra y proteínas vegetales tienen un efecto
saciante que impide que ingiramos grandes cantidades de frutos secos.
Además
se trata de alimentos con unas propiedades nutricionales beneficiosas para
nuestro organismo, que nos aportan las vitaminas y minerales que necesitamos.
No
dudes en incorporar los frutos secos a tu dieta.
Beneficios de los frutos secos
El
alto contenido en nutrientes, su aporte de fibra y su contenido en proteínas
vegetales convierte a los frutos secos en el aliado perfecto de la salud,
especialmente la salud cardiovascular ya que protegen los vasos sanguíneos y
ayudan a reducir la presión arterial.
Su
contenido en omega 3 y antioxidantes les da un carácter antinflamatorio y
antienvejecimiento.
Además,
los frutos secos son una fuente de arginina, fundamental en el proceso de
cicatrización, en la circulación sanguínea y un perfecto estimulante de las
funciones inmunológicas.
Las
almendras tienen gran cantidad de proteínas vegetales, vitamina C y fibra,
mientras que los pistachos son una fuente de potasio, calcio, fósforo y hierro.
En
las nueces encontramos un aliado en las funciones del cerebro y la memoria por
su contenido en fósforo, calcio, hierro, magnesio, potasio y cobre.
Y
si quieres combatir la fatiga y el cansancio son ideales las avellanas por su
aporte de hidratos de carbono.
Para
aprovechar todos los beneficios nutricionales de los frutos secos, lo ideal es
consumir un combinado variado cada día sin excedernos en la cantidad para no
aumentar de peso.
Cómo incorporar los frutos secos en la alimentación
Para
no excedernos en el consumo de frutos secos y no utilizarlos para picar entre
horas o sentadas frente al televisor, lo mejor es añadirlos a nuestros platos
habituales.
Añadirlos
a los cereales del desayuno para beneficiarte durante todo el día de sus
nutrientes y poder quemar parte de su contenido energético.
Pero
los frutos secos son ideales para acompañar muchas de nuestras recetas de
cocina diaria. Arroces, pastas y, sobre todo, ensaladas combinan muy bien con
los frutos secos. Y como postre, se pueden incorporar al yogur o al helado.
Los
frutos secos también se pueden utilizar para preparar diferentes salsas, como
la sala al pesto, y la salsa de nueces puede acompañar a muchos de tus platos.
El
pan es otros de los alimentos que puedes elaborar tu misma a base de frutos
secos y la repostería es el campo perfecto para añadir un buen puñado a tus
bizcochos, galletas y pasteles.
El
puré de castañas es una delicatessen que podemos elaborar de forma casera y,
aunque menos conocida, la sopa de avellanas es una delicia. Como ves, si
incluyes la imaginación a tu cocina, hay infinidad de combinaciones para añadir
los frutos secos a tu alimentación habitual y beneficiarte de todas sus
propiedades nutricionales.
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