¿Por qué ocurre? ¿Cómo se evita?
Un motor gripado es una de las avería más temidas por los
conductores.
Pero ¿sabes realmente por qué se produce?
¿Y todo lo que debes hacer para evitarlo?
El gripado de motor es la avería
más grave que puede sufrir un motor de gasolina o diésel.
En muchas ocasiones conlleva la
destrucción total del motor.
Pero, ¿por qué pasa esto? Ocurre
porque en el motor hay superficies metálicas que se deslizan una contra la otra
y esto lleva un desgaste aunque la fabricación sea la mejor.
Este rozamiento genera calor por la
fricción y eso dilata las piezas.
Si sumamos el desgaste, el calor y
la dilatación y, además, la lubricación no es la idónea, las piezas pueden agarrotarse
e incluso llegar a fundirse entre sí. Es entonces cuando se produce el gripado.
Lo habitual cuando hablamos de
gripado de motor es que dos piezas se deslizan una sobre otra, una de ellas
fija y otra móvil y se sueldan entre sí. Estas piezas suelen ser el pistón y la
camisa que recubre el cilindro o bien los casquillos y el cigüeñal.
El gripado pistón-camisa
Motor gripado El gripado se suele
producir en la parte alta del cilindro, donde las temperaturas son mucho más
extremas. Hay cuatro causas principales que pueden llevar a gripar el motor por
esta vía:
Fallo en la lubricación: la
lubricación no es la idónea si no llega con el contenido adecuado y la presión
idónea para cubrir el espacio entre el pistón y la camisa.
También puede darse si aun cumpliendo
esto último el aceite ha perdido sus cualidades.
Si falla el aceite el roce de las
piezas genera tanto calor que las piezas se agarrotan y pueden o bien quedar
unidas, fundiéndose en el peor de los casos, o bien algo más leve, rayar la
camisa y el pistón.
Esto no es ninguna tontería, la
camisa tiene la función de retener el aceite y conducirlo de forma apropiada,
por lo que si no se detecta a tiempo la avería puede ser muy grave.
Fallo en la refrigeración: suele
pasar cuando le falta agua al motor.
Aunque, incluso teniendo una
presión y un caudal adecuado de agua, puede haber un problema de refrigeración
cuando el líquido no puede evacuar el calor que se genera en la camisa.
Pueden estar fallando la torre de
refrigeración, el aerocondensador o el intercambiador y por tanto el agua no
está cumpliendo con su función.
Si no se detecta puede llevar a
gripar el motor.
Desequilibrio de biela: La biela se
encarga en un motor de combustión de unir el cigüeñal y el pistón.
Si el cigüeñal no está equilibrado,
el cilindro muy desgastar un lado del pistón y provocar un roce excesivo y
calentar esa zona.
Ruptura de capa de aceite por fallo
de compresión: el motor también se puede gripar cuando se produce un paso de
llama entre pistón y camisa, generalmente por el mal estado del segmento de
compresión.
El aumento de temperatura
interrumpe la capa de lubricante entre los metales que rozan entre sí y provoca la avería.
El gripado del cigüeñal
Si se bloquea uno de los cojinetes
del cigüeñal se dificulta o impide su movimiento, por lo que puede llevar a un
gripado.
El cigüeñal tiene dos tipos de cojinetes: los que lo unen al bloque
motor y los que lo unen con cada una de las bielas.
Cualquiera puede sufrir un
gripado. Las causas de esta avería suelen estar relacionadas con un problema en
la lubricación, un defecto de montaje o un diseño defectuoso.
¿Cómo evitamos que se gripe el
motor?
Prueba Mitsubishi Outlander PHEV
2015 motorCon lo cara que suele ser este tipo de reparación, lo cierto es que
es bastante habitual, a pesar de que los motores suelen estar equipados de
sensores que detectan cualquier problema que pueda llevar a un gripado.
Lo
habitual es que la avería derive una negligencia en el mantenimiento por parte
del conductor: arranques sucesivos en condiciones de fallos, alarmas a las que
no se hace caso, desconexión de los sistemas de protección…
Prevenir siempre es la mejor curar.
Y esto se hace vigilando el indicador de temperatura, revisando los niveles de
aceite y refrigerante para cambiarlos cuando toca.
Es importante también comprobar los
cojinetes del cigüeñal.
Es muy habitual re-arrancar el motor
múltiples veces, confiando en que se trate de falsa señal o que el problema se
corrija solo.
Muchos gripados están relacionados
con estos re-arranques sin comprobar la causa del problema. Y, evidentemente,
ante la menor sospecha no esperar y llevar el coche al taller
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