“10 Razones para Deshacerte de tu Horno Microondas” es
un documento que realizó el investigador William P. Kopp y en el que explica el
porqué de su teoría de que usar este electrodoméstico puede resultar insano y
peligroso.”
Males a largo plazo, desnaturalización de los alimentos, eliminación o
destrucción de los compuestos nutritivos como las vitaminas, pérdida de la
memoria, crecimientos tumorales, son algunas de las razones citadas por Kopp,
por las que el uso del microondas puede resultar perjudicial para nuestra
salud.
CORRUPCIÓN DEL ADN
La comida en el microondas se calienta
porque las moléculas de agua vibran a causa de las ondas emitidas (que pueden
alcanzar los 2,400 mega hertzios) y producen calor, que se extiende al resto de
los componentes y en este proceso, el ADN se puede corromper. Cuando ingerimos
esos alimentos nuestro cuerpo detecta de inmediato que son elementos
desconocidos e intenta no absorberlos, por lo que los encapsula en grasa y los
trata de eliminar rápidamente. Pero los que sí se logren colar, podrían alterar
por completo el funcionamiento celular.
DISMINUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN HORMONAL
Las hormonas sexuales (femeninas y
masculinas) pueden verse afectadas en su producción por el consumo continuo de
comidas procesadas en el microondas, lo cual podría generar problemas de
diversa índole. Distintos grados de infertilidad, deterioro de la calidad de
los gametos masculinos (esperma) y el aumento del riesgo de una descendencia
con deficiencias, daños cerebrales, síndromes o malformaciones, son algunas de
las consecuencias posibles de esta alteración hormonal.
DAÑOS CEREBRALES
El ADN corrupto puede ser el causante de
un fenómeno conocido como desmagnetización o despolarización del tejido
encefálico, ya que al ser un elemento desconocido por el organismo, produce
“cortocircuitos” en las neuronas cerebrales. Con el correr del tiempo se pueden
producir deterioros importantes que lleven a las personas a padecer: depresión,
diferentes grados de retraso mental, Alzheimer, esquizofrenia, pérdida de la
inteligencia (deterioro cognitivo) y/o demencia.
EFECTOS RESIDUALES
Todos los efectos que pueda causar la
desnaturalización de los alimentos por procesamiento mediante el horno
microondas suelen ser permanentes, por lo que se consideran efectos residuales.
Esto es espacialmente grave, cuando lo que se calienta es comida para bebés, ya
que ciertos aminoácidos (las bases de las proteínas) de transforman en
neurotoxinas y nefro toxinas que afectan al sistema nervioso y renal respectivamente.
DEGRADACIÓN DE LOS NUTRIENTES
La enorme mayoría de los nutrientes, las
vitaminas y los minerales, pueden verse afectados por la exposición a las
microondas. Esto hace que lo que ingiramos tras pasar por el dichoso horno, no
nos beneficie prácticamente en nada. Esta degradación se produce en las
vitaminas C, E y el complejo B, en las proteínas de la carne, en los azúcares
de los vegetales, en varios minerales esenciales y en un gran número de
liposustancias (grasas), entre muchos otros.
AFECTACIÓN DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
La desnaturalización sistemática de los
componentes de los alimentos puede ser un desencadenante de problemas de
inmunodeficiencia a nivel linfático. Esto provocaría crecimientos anormales
llamados neoplasias, agravamiento de cánceres, especialmente los de colon y
estómago (por que también crecen los tumores) y degradación en los tejidos de
los sistemas de excreción y del aparato digestivo.
CONVERSIÓN EN RADICALES LIBRES
Los minerales contenidos el las comidas
de origen vegetal están expuestos a transformarse en radicales libres, que los
puede mutar en agentes cancerígenos, al punto que un grupo de investigadores
rusos distingue un mal, llamado “enfermedad del microondas”. En una primera
fase se presenta pulso lento y presión baja, más adelante pueden darse dolores
de cabeza, de estómago de ojos, irritabilidad, estrés, pérdida de cabello e
insomnio y en su fase crónica agotamiento suprarrenal y dolencias cardíacas.
INCREMENTO DE CÉLULAS CANCEROSAS
En diversos estudios, se ha comprobado
el aumento de dicho tipo de células, especialmente en la sangre, cuando existe
un prolongado consumo de alimentos que han sido bombardeados por las microondas
y que degradan su composición química. Esto provocaría desordenes a nivel
linfático (que hace que nuestro cuerpo no pueda luchar contra las sustancias
invasoras como el cáncer o los microrganismos bacteriales o víricos), aumenta
el índice de casos de cáncer y hasta podría generar desórdenes y colapsos
paulatinos de sistemas como el renal o el digestivo.
PROBLEMAS FUNCIONALES MENTALES
El consumo durante mucho tiempo de
comida que previamente ha sido calentada o cocinada en un horno microondas,
puede ser el causante de que se presenten problemáticas tales como: pérdida de
concentración y de memoria, decrecimiento del nivel de inteligencia e inestabilidad
emocional.
UN ARMA SIN VIOLENCIA
Muchas veces, se han usado señales
electromagnéticas como armas disuasorias de las masas, ya que si se expone a
ellas a las personas, se consigue algo así como un amuermamiento, debido a la
acción de dichas ondas sobre el tejido cerebral, por lo que sin ejercer
violencia se pueden controlar con facilidad. Las microondas artificiales
aplicadas al tejido encefálico pueden ser útiles herramientas de control
sicológico a nivel subliminal, por lo que cada vez que se ingieren alimentos
expuestos a ellas o si hubiera algún escape de dichas ondas de un aparato, las
consecuencias serían catastróficas para la salud mental.
UNA REFLEXIÓN FINAL
El estudio forense que realizó William
P. Kopp en su versión original está en inglés, refiere que está apoyado por el
A. R. E. C. Research Operations y está catalogado con el número:
TO61-7R10/10-77F05. Nos hemos limitado a compartir el contenido de este
documento, pero queremos dejar claro que no es nuestra intención crear alarmismo
respecto del uso del microondas, sino simplemente darles la posibilidad a
nuestros lectores de conocer el punto de vista de este investigador.
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