martes, 5 de julio de 2016

MICROONDAS: ¿UN PELIGRO EN TU COCINA?































10 Razones para Deshacerte de tu Horno Microondas” es un documento que realizó el investigador William P. Kopp y en el que explica el porqué de su teoría de que usar este electrodoméstico puede resultar insano y peligroso.”      

Males a largo plazo, desnaturalización de los alimentos, eliminación o destrucción de los compuestos nutritivos como las vitaminas, pérdida de la memoria, crecimientos tumorales, son algunas de las razones citadas por Kopp, por las que el uso del microondas puede resultar perjudicial para nuestra salud.
CORRUPCIÓN DEL ADN
La comida en el microondas se calienta porque las moléculas de agua vibran a causa de las ondas emitidas (que pueden alcanzar los 2,400 mega hertzios) y producen calor, que se extiende al resto de los componentes y en este proceso, el ADN se puede corromper. Cuando ingerimos esos alimentos nuestro cuerpo detecta de inmediato que son elementos desconocidos e intenta no absorberlos, por lo que los encapsula en grasa y los trata de eliminar rápidamente. Pero los que sí se logren colar, podrían alterar por completo el funcionamiento celular.

DISMINUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN HORMONAL
Las hormonas sexuales (femeninas y masculinas) pueden verse afectadas en su producción por el consumo continuo de comidas procesadas en el microondas, lo cual podría generar problemas de diversa índole. Distintos grados de infertilidad, deterioro de la calidad de los gametos masculinos (esperma) y el aumento del riesgo de una descendencia con deficiencias, daños cerebrales, síndromes o malformaciones, son algunas de las consecuencias posibles de esta alteración hormonal.
DAÑOS CEREBRALES
El ADN corrupto puede ser el causante de un fenómeno conocido como desmagnetización o despolarización del tejido encefálico, ya que al ser un elemento desconocido por el organismo, produce “cortocircuitos” en las neuronas cerebrales. Con el correr del tiempo se pueden producir deterioros importantes que lleven a las personas a padecer: depresión, diferentes grados de retraso mental, Alzheimer, esquizofrenia, pérdida de la inteligencia (deterioro cognitivo) y/o demencia.
EFECTOS RESIDUALES
Todos los efectos que pueda causar la desnaturalización de los alimentos por procesamiento mediante el horno microondas suelen ser permanentes, por lo que se consideran efectos residuales. Esto es espacialmente grave, cuando lo que se calienta es comida para bebés, ya que ciertos aminoácidos (las bases de las proteínas) de transforman en neurotoxinas y nefro toxinas que afectan al sistema nervioso y renal respectivamente.
DEGRADACIÓN DE LOS NUTRIENTES
La enorme mayoría de los nutrientes, las vitaminas y los minerales, pueden verse afectados por la exposición a las microondas. Esto hace que lo que ingiramos tras pasar por el dichoso horno, no nos beneficie prácticamente en nada. Esta degradación se produce en las vitaminas C, E y el complejo B, en las proteínas de la carne, en los azúcares de los vegetales, en varios minerales esenciales y en un gran número de liposustancias (grasas), entre muchos otros.
AFECTACIÓN DEL SISTEMA INMUNOLÓGICO
La desnaturalización sistemática de los componentes de los alimentos puede ser un desencadenante de problemas de inmunodeficiencia a nivel linfático. Esto provocaría crecimientos anormales llamados neoplasias, agravamiento de cánceres, especialmente los de colon y estómago (por que también crecen los tumores) y degradación en los tejidos de los sistemas de excreción y del aparato digestivo.
CONVERSIÓN EN RADICALES LIBRES
Los minerales contenidos el las comidas de origen vegetal están expuestos a transformarse en radicales libres, que los puede mutar en agentes cancerígenos, al punto que un grupo de investigadores rusos distingue un mal, llamado “enfermedad del microondas”. En una primera fase se presenta pulso lento y presión baja, más adelante pueden darse dolores de cabeza, de estómago de ojos, irritabilidad, estrés, pérdida de cabello e insomnio y en su fase crónica agotamiento suprarrenal y dolencias cardíacas.
INCREMENTO DE CÉLULAS CANCEROSAS
En diversos estudios, se ha comprobado el aumento de dicho tipo de células, especialmente en la sangre, cuando existe un prolongado consumo de alimentos que han sido bombardeados por las microondas y que degradan su composición química. Esto provocaría desordenes a nivel linfático (que hace que nuestro cuerpo no pueda luchar contra las sustancias invasoras como el cáncer o los microrganismos bacteriales o víricos), aumenta el índice de casos de cáncer y hasta podría generar desórdenes y colapsos paulatinos de sistemas como el renal o el digestivo.
PROBLEMAS FUNCIONALES MENTALES
El consumo durante mucho tiempo de comida que previamente ha sido calentada o cocinada en un horno microondas, puede ser el causante de que se presenten problemáticas tales como: pérdida de concentración y de memoria, decrecimiento del nivel de inteligencia e inestabilidad emocional.
UN ARMA SIN VIOLENCIA
Muchas veces, se han usado señales electromagnéticas como armas disuasorias de las masas, ya que si se expone a ellas a las personas, se consigue algo así como un amuermamiento, debido a la acción de dichas ondas sobre el tejido cerebral, por lo que sin ejercer violencia se pueden controlar con facilidad. Las microondas artificiales aplicadas al tejido encefálico pueden ser útiles herramientas de control sicológico a nivel subliminal, por lo que cada vez que se ingieren alimentos expuestos a ellas o si hubiera algún escape de dichas ondas de un aparato, las consecuencias serían catastróficas para la salud mental.
UNA REFLEXIÓN FINAL
El estudio forense que realizó William P. Kopp en su versión original está en inglés, refiere que está apoyado por el A. R. E. C. Research Operations y está catalogado con el número: TO61-7R10/10-77F05. Nos hemos limitado a compartir el contenido de este documento, pero queremos dejar claro que no es nuestra intención crear alarmismo respecto del uso del microondas, sino simplemente darles la posibilidad a nuestros lectores de conocer el punto de vista de este investigador.


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