Los bosques secundarios son una vegetación que
coloniza áreas cuya vegetación original desapareció parcial o totalmente debido
a perturbaciones naturales o humanas, según los definió la Unesco en 1978.
Washington, 13 may (EFE).- Los bosques secundarios son
un arma importante contra el cambio climático en los trópicos Latinoamericanos
por su capacidad para capturar y almacenar el dióxido de carbono producido por
la actividad humana, según un nuevo estudio que publica hoy la revista Science
Advances.
La investigación estima que estos bosques pueden
absorber una cantidad de dióxido de carbono equivalente a las emisiones de
carbono de los procesos industriales y del uso de combustibles fósiles emitidos
en toda Latinoamérica y el Caribe entre 1993 y 2014.
Los bosques secundarios son una vegetación que
coloniza áreas cuya vegetación original desapareció parcial o totalmente debido
a perturbaciones naturales o humanas, según los definió la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1978.
Los autores defienden la importancia de sus hallazgos
en un contexto en el que el papel de los bosques tropicales en la lucha contra
el cambio climático está en debate y el rol de los bosques secundarios ha sido
"desatendido".
Con su investigación, Robin Chazdon y su equipo
muestran que la regeneración de los bosques secundarios ofrece un gran
potencial para la captura y almacenamiento de carbono y, por tanto, para la
mitigación del cambio climático en los trópicos latinoamericanos.
Su modelo muestra que en 2008, los bosques secundarios
cubrían 2,4 millones de kilómetros cuadrados, un 28,1 % del área estudiada.
En los próximos 40 años, esas tierras podrían capturar
y almacenar una cantidad de dióxido de carbono equivalente a las emisiones
producidas por el uso de combustibles fósiles y por los procesos industriales
de toda Latinoamérica en los últimos 20 años.
Diez países concentran el 95 % del potencial de
almacenamiento de carbono, encabezados por Brasil, Colombia, México y
Venezuela.
"Combinada
con el freno de la nueva deforestación y un manejo sostenible de los bosques
tropicales, la capacidad de capturar dióxido de carbono de los bosques
secundarios podría ser una solución para alcanzar objetivos de mitigación del
carbono a nivel internacional y objetivos de recuperación forestal",
concluye el estudio. EFE
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