El cambio climático crea condiciones sin precedentes para el
fenómeno de El Niño, que en el presente episodio tendrá su periodo de mayor
intensidad entre octubre de este año y enero de 2016, según los datos
presentados por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Las predicciones del calentamiento de la superficie del mar en
las zonas central y oriental del Pacífico tropical apuntan a que El Niño que
está en desarrollo probablemente será uno de los cuatro más fuertes desde 1950.
Los anteriores más potentes fueron los registrados en los periodos entre
1972/1973, 1982/1983 y 1997/1998.
Para sus pronósticos, los científicos toman en cuenta que en
agosto las temperaturas de la superficie del mar ya estuvieron entre 1,3 y 2
grados centígrados por encima de la media, superando en un grado los umbrales
habituales de El Niño.
Los modelos utilizados apuntan a que las temperaturas se
mantendrán al menos 2 grados por encima de lo normal y que incluso podrían
subir algo más.
Los efectos de El Niño ya se hacen sentir en algunas regiones
del mundo de manera muy variada y serán más patentes en los próximos cuatro a
ocho meses, según la OMM, una agencia científica de Naciones Unidas y autoridad
en la materia.
De manera general, este fenómeno climático puede provocar fuertes
precipitaciones y por consiguiente, inundaciones- en América Latina, Asia,
Oceanía y África, con episodios de sequías en otras zonas de estas mismas
regiones.
Sin embargo, los países afectados cuentan ahora con más
experiencia, conocimientos e información que nunca antes, lo que puede
ayudarles a tomar medidas de prevención efectivas, opinó Maxx Dilley, director
de Predicciones Climáticas de la OMM, al presentar la información más reciente
sobre la evolución de El Niño.
Lo que es completamente distinto desde el último fenómeno de El
Niño (entre 1997 y 1998) es que el actual está ocurriendo bajo nuevas
condiciones, influidas por el cambio climático.
Desde entonces, “el mundo ha cambiado mucho” y la capa de hielo
del mar Ártico se ha reducido a niveles mínimos, al tiempo que se ha perdido
hasta un millón de kilómetros cuadrados de superficie nevada en el hemisferio
norte, explicó el jefe del Programa de Investigación del Clima de la OMM, David
Carlson.
“Han emergido nuevos patrones, y lo que es único ahora es que
están coincidiendo por primera vez con El Niño”, sostuvo.
Desde el periodo 1997/1998 no se había observado la presencia de
El Niño o de La Niña (el fenómeno contrario, causado por enfriamiento de las
aguas superficiales de ciertas zonas del Pacífico), lo que también se considera
inusual.
Carlson dijo que en la situación actual -con la influencia del
deshielo en el Ártico y el calentamiento del Pacífico tropical- “no sabemos lo
que pasará, si ambos patrones se reforzarán uno a otro, se anularán, actuarán
en secuencia o influirán en distintas zonas del planeta”.
Realmente no lo sabemos porque no tenemos precedentes para esta
situación” insistió el científico
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