sábado, 1 de noviembre de 2014

ÁRBOLES PARA HAITÍ





Como todos sabemos un terremoto de magnitud 7.0 grados fue registrado el día 12 de enero del 2010.

Las consecuencias causadas al país mas pobre de América Latina en el número de muertos y los daños causados a la infraestructura sin tener en cuenta otros daños colaterales como los psicológicos y traumáticos.

Este fenómeno se suma a la tragedia del pueblo haitiano en la lista  de otros graves problemas  que presenta el país antillano.

Uno de estos graves problemas es la deforestación del país.

Tras el terremoto el problema de la deforestación en Haití se agravará porque cientos de miles de haitianos que huyeron de Puerto Príncipe hacia el interior del país en busca de comida y refugio talarán los pocos árboles que quedan para agenciarse la energía necesaria para cocinar, además para la construcción de improvisadas casas.












Haití desde hace mucho tiempo es el país mas pobre del hemisferio, en gran parte debido a la deforestación.
 
Estadísticas manejan alarmantes cifras de este fenómeno. 
A principios del siglo XX casi el 60% del territorio haitiano estaba cubierto de árboles.










En la actualidad se estima que este número ha bajado considerablemente y desde entonces los haitianos han talado casi el 98% de los árboles del país usándolos como leña o carbón para cocinar.

De un articulo del afamado periodista argentino Andrés Oppenheimer repetimos esta cita que le hacia al Sr. Carlos Morales Troncoso, Vicepresidente y Ministro de Relacione Exteriores  de la Republica Dominicana en el que planteaba que “de nada sirve reconstruir a Puerto Príncipe, o mudar la ciudad mas al sur, si no reforestamos a Haití”.

A nivel mundial la deforestación continúa a ritmo alarmante pero se está tomando conciencia y la pérdida de masa forestal se está ralentizando gracias a la plantación de bosques. 













Cada vez se dedican más esfuerzos y recursos a la conservación y gestión de reincorporar estos a la masa arbórea de cada región y país.  

Haití no debe quedar al margen de este fenómeno.

Por carecer de árboles, el suelo haitiano ha perdido su capacidad de retener el agua reduciéndose así drásticamente las reservas hídricas además de la agricultura intensiva.















Cuando llueve,  las  montañas haitianas con sus inundaciones y desclaves,  dejan miles de víctimas en los poblados porque la tierra está erosionada y no retiene el agua que fluye ladera abajo.


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