miércoles, 22 de abril de 2020

MANEJO DE CADAVERES EN ÉPOCA DE COVI-19
















“Los cadáveres representan siempre un delicado problema social, psicológico y cultural, agravado cuando los restos humanos se presentan en gran cantidad. Antes de su enterramiento o cremación, los cuerpos deberán ser identificados y registrados, para lo cual se tomará toda la información necesaria (ubicación del cadáver, información de parientes y vecinos).

Ocasionalmente se requerirán autopsias, ya que no todas las muertes son por causa del contagio con coronavirus COVID19.

Siempre deberán tomarse en cuenta los aspectos culturales y legales asociados” “Se deberá evitar el uso de fosas comunes2, ya que por principio se debe conceder a las víctimas una identificación y entierro apropiados. No es solo que existe la necesidad legal y social de identificar a los cadáveres, sino que también se debe brindar apoyo moral a los familiares. La angustia de los familiares es similar a los desaparecidos en guerras o masacres.


Por ello debe desterrarse el mito de que la presencia de cadáveres es un grave problema de salubridad, ante esto, las autoridades deben disponer que las empresas de servicios exequiales presten permanentemente las facilidades para agilizar los procesos funerarios, que a veces promueve el uso precipitado de las fosas comunes; por el contrario, el Gestión de Residuos Sólidos en Situaciones de Desastre. Organización Panamericana de la Salud, OPS, 2003, p.49 2 Ministerio de Salud Pública de Cuba. Salud ambiental con posterioridad a desastres. Cuba, 1998, p. 19 manejo apropiado de los cuerpos después de los desastres naturales es más bien una cuestión de bienestar mental colectivo, de ética y de dignidad humana Para el manejo de cadáveres que no pueden ser atendidos en los centros hospitalarios y estos aparezcan en las comunidades es importante que los gobiernos locales y las autoridades de salud generen formularios de registro expedito de los nombres y datos de las personas fallecidas y están sean evacuadas de las comunidades en un periodo no mayor a las 24 horas.


De cualquier forma, el manejo de cadáveres debe ser rápido, con el fin de evitar su descomposición al aire libre y la generación de malos olores. Se deben seguir las normas legales de cada país respecto al reconocimiento y entrega de los cuerpos a familiares y buscar soluciones inmediatas para casos particulares. Es recomendable que los cadáveres no se acumulen por más de dos días, a menos que se conserven en lugares apropiados como cámaras frías o similares como contenedores. En el caso de quen se requiera mantener los cadáveres por más tiempo y no se cuente con cámaras frías, se debe recurrir al plan de enterramiento inmediato no se debe permitir cadáveres por periodos de mayores a las 48 horas.

En caso que los familiares no puedan encargarse de los procesos exequiales, y debe el gobierno responsabilizarse, en este caso, es preferible hacer el enterramiento, de haber áreas disponibles, en lugares relativamente alejados y de preferencia en zonas no inundables. Este es considerado el método más efectivo, socialmente aceptable y físicamente posible. En los casos en que las condiciones obligan a sepultar rápidamente a los cadáveres, se recomienda el enterramiento individual. Las tumbas deberán por lo menos numerarse y ser señaladas con los datos disponibles. Se guardarán estos datos para investigaciones futuras.


En caso que el número de cadáveres no sea posible ser manejado por los familiares a través de las empresas exequiales, y debido a que en muchas áreas dicha demanda podría provocar una epidemia de mayores proporciones es importante que los gobiernos locales con casos confirmados, prevean y preparen fosas individuales o comunes en áreas habilitadas en los cementerios públicos o privados, de forma de poder realizar un enterramiento inmediato en caso de que las personas no logren llegar a un centro hospitalario.

Para los cuerpos que se dejen abandonado en las aceras fuera de las viviendas estos deberán ser rociados con cal y depositados en bolsas negras para ser llevados a las fosas comunes, procurando llevar un registro de identificación de dichas personas fallecidas, para que posteriormente se pueda hacer una placa por cada fosa común en donde estas personas puedan ser recordados por sus seres queridos.

El manejo de fosas comunes estas deben ser trincheras excavadas con maquinaria de al menos 4 metros de largo por 2 metros de ancho y una profundidad de 3 a 4 metros de acuerdo al nivel freático que debe quedar a 3 metros por debajo como mínimo, en donde se puedan colocar entre 32 a 64 cadáveres, cada capa se conformara por 8 cadáveres, a los cuales se le colocara una capa de 2 centímetros de cal y 30 cm de tierra, para luego colocar los 8 siguientes cadáveres.

Al final de completar el llenado de cada fosa común se deberá colocar una capa no menor de 1.50 metros de tierra como cobertura final, conformando un montículo de 50 cm adicional sobre el nivel del terreno para absorber asentamientos, además el lugar en donde se excave la trinchera no deberá ser OPS/Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia y Coordinación del Socorro en Casos de Desastre.

Desastres: preparativos y mitigación en las Américas, Boletín 80. Washington, D.C., 2000, pp. 1 y 7 zona inundable y se deberá garantizar un drenaje perimetral de las aguas lluvias para que estas no se llenen de aguas lluvias en el periodo lluviosos.

Si en dado caso no se llenare la fosa en un día la última capa conformada por cadáveres deberá colocársele una capa de tierra de al menos un metro la cual podrá ser removida el día siguiente con maquinaria en un 50% al menos.


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