En Suecia, la basura es un recurso que se transforma en energía.
El 96% de los desperdicios se recicla o se deriva a las plantas de
incineración. Gracias a esto, un cuarto de millón de hogares se abastece de
electricidad y el 20% goza de calefacción. Sus rellenos sanitarios reciben un
escaso 4% de todo lo que los suecos desechan.
De acuerdo con Avfall Sverige, la institución sueca encargada de
gestionar los residuos,el éxito del sistema de reciclaje ciudadano está
presentando una desventaja: escasea la basura para producir aun más energía.
Por eso, la solución ha sido importarla desde Noruega mediante un convenio por
el que ambos países se benefician.
A Noruega le resulta más rentable pagarle a Suecia para que se
lleve 800.000 toneladas de residuos que procesarlos en el propio país. Y a
Suecia le cae como anillo al dedo recibir el desecho para continuar generando
más energía para sus habitantes.
Suecia se anticipó a otros países en la transformación de basura
en energía, pues inició en la década del 70 la expansión de las plantas de
incineración. Una década más tarde fueron pioneros también en la reducción de
emisiones, producto de esta incineración. Actualmente, han logrado reducir
entre el 90% y 99% de las emisiones, mediante técnicas especiales que
benefician el medio ambiente. Y todo gracias al reciclaje.
Conciencia ciudadana
Pero esta maravilla no es gratuita. Los suecos carecen de pereza
si de reciclar se trata. Las campañas que décadas atrás inició el gobierno
dieron buenos resultados, y hoy hogares y vecindarios mantienen la cultura de
separar sus desperdicios como un hábito, o más aun, como un acto reflejo.
No es extraño que el área de los edificios donde los vecinos
depositan su basura esté dotada de varios contenedores. Ellos no se limitan a
tres categorías, sino que tienen varios recipientes más hasta donde van a parar
los desperdicios que cada familia previamente separó.
En las casas separan orgánicos, metales, pilas, vidrios de
color, vidrios transparentes, plástico duro, plástico blando, cartón y Tetra
Pak, papeles, periódicos y revistas.
Y aunque ese hábito se observa en todo el país, el caso de la
ciudad de Borås, con 64 mil habitantes es notable. Sus autoridades empezaron a
tomar en serio la gestión de residuos en 1995, y ahora comprueban el beneficio
de ese plan.
La mayoría de hogares y establecimientos comerciales; así como
la flota de 60 buses de transporte público se abastecen de la energía generada
por el aprovechamiento de residuos que llega al 99% en esa ciudad. Además, los
habitantes de Borås pagan 50% menos de cuenta de luz y 20% menos en el boleto
de transporte público.
En cuanto al reciclaje de desperdicios electrónicos y
eléctricos, Suecia también es líder.
Cada ciudadano sueco recicla 16 kilos de este material al año;
desde refrigeradoras, televisores, cámaras, computadoras, etc. El destino de
ese material es la manufactura de nuevos productos.
Este sistema se llama Elretur y se realiza en colaboración con los
municipios, quienes han dispuesto cerca de 1.000 puntos de colecta en todo el
país.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en
todo el mundo se de-sechan 40 millones de toneladas de chatarra electrónica
anualmente. Muchos de estos productos fueron manufacturados con metales como el
oro, la plata o el platino y su recuperación podría generar un buen retorno
económico.
El Programa Medioambiental de Naciones Unidas (UNEP) calcula que
en China se deja de aprovechar 4 toneladas de oro y 28 toneladas de plata cada
año.
un buen ejemplo para seguir. felicitaciones por ser conscientes de preservar el planeta, para futuras generaciones.
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