El agua de las superficies, es
decir la de los ríos, lagos, quebradas, etc… pueden llegar a contaminarse por
diversas causas como: por las heces y orina de las personas y los animales, por
el uso de plaguicidas, por basuras, por el jabón, por animales muertos, etc.
El agua subterránea, la que se
encuentra por debajo de la superficie, también puede contaminarse por diversas
causas, como: por filtración de las letrinas, los basureros, los plaguicidas
químicos, residuos industriales y pesticidas.
Además hay que añadir el plomo de
las soldaduras de las tuberías, microbios que crecen dentro de las cañerías o
cisternas, cañerías oxidadas y cloruro de vinilo de las tuberías de PVC.
Las industrias tales como la
agricultura, la minería y la petrolera arrojan desechos químicos en las fuentes
de agua haciendo que el agua no sea potable ni segura para preparar alimentos,
bañarse o regar los campos.
Estas sustancias químicas, ya sean
industriales o de la propia tierra, generalmente son invisibles y muy difíciles
de detectar.
Consecuencias
para la salud:
PLOMO: anemias,
bebés de bajo peso, aumenta presión sanguínea en adultos, daña el cerebro,
disminución de capacidad de aprendizaje en niños, entre otros.
El grado del daño que causa depende
de la cantidad a la que se esté expuesto.
Los efectos conocidos varían de
cambios bioquímicos leves si el grado de exposición es bajo, a problemas
neurológicos graves e intoxicación, inclusive la muerte si el nivel de contacto
es extremadamente alto.
MERCURIO: daña
riñones y sistema nervioso, reacciones alérgicas, irritaciones de la piel,
cansancio y dolor de cabeza, así como efectos negativos en la reproducción.
RADÓN: aumenta
riesgo de padecer cáncer de estómago
Uno de los mayores desafíos del
siglo XXI es asegurar la suficiente agua para el bienestar de la humanidad
favoreciendo el desarrollo sostenible y un hogar ecológico.
Sin embargo en estos momentos
existen tratamientos a nivel industrial que se encargan cada vez más, de hacer
llegar a nuestros hogares un agua más limpia.
El proceso de cloracion o
desinfeccion del agua se logra añadiendo hipoclorito de sodio al 5% al agua, el
cual elimina la mayoría de las bacterias, los hongos, los virus, las esporas y
las algas presentes en el agua.
Este proceso se lleva a cabo
generalmente en los tanques cisternas en donde se almacena el agua en el inicio
del proceso.
De ahí la importancia de no
consumir el preciado liquido en cualquier lugar, cuando salimos de camping o
practicamos deporte en zonas alejadas donde existen rios o quebradas,
desconocemos lo que allí se puede alojar y es cuando abrimos la puerta a los
agentes contaminantes que afectan terriblemente nuestra salud.
En algunos hogares se consume solo
agua embotellada, aunque ésta práctica puede resultar costosa dada la cantidad
que solemos emplear para todas nuestras necesidades.
Otras personas tienen en sus casas
purificadores que son una muy buena alternativa.
Hay quienes adoptan otros métodos
como el añadir cloro al agua o hervirla para deshacerse de los microbios y
particulas dañinas.
En fin, el cuidado de nuestra salud
y la de aquellos que comparten nuestro hogar es una gran responsabilidad que no
puede dejarse de lado, y no requiere mayores esfuerzos que el de ser precavidos
con los productos que consumimos y los lugares donde lo hacemos.
De ésta manera podemos seguir
disfrutando de tan maravilloso regalo de la naturaleza y aprovechar de todos
los beneficios que su consumo nos trae
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