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martes, 9 de septiembre de 2025

SEGURIDAD EN EL LABORATORIO: UNA REGLA QUE NUNCA FALLA


 

En cada práctica de laboratorio nos encontramos con normas que parecen simples, pero que pueden prevenir accidentes graves. Una de las más conocidas es:

👉 Siempre agregar el ácido al agua, nunca al revés.

📍 ¿Por qué?

 El ácido sulfúrico concentrado tiene una enorme “hambre de agua”. Al mezclarse, libera calor de forma inmediata.

Si agregamos ácido al agua: el calor se disipa en todo el volumen y el procedimiento se mantiene bajo control.

Si agregamos agua al ácido: ese pequeño volumen de agua hierve de golpe y proyecta ácido concentrado hacia afuera, con alto riesgo de quemaduras químicas.

📍 En caso de accidente en la piel:

 La respuesta correcta está respaldada por todos los protocolos internacionales (OSHA, NIOSH, FAO, manuales de bioseguridad):

  Lavar de inmediato con abundante agua corriente durante al menos 15 minutos.

  No aplicar neutralizantes como bicarbonato: pueden liberar calor y agravar la lesión.

 👉 Después, derivar siempre a atención médica.

💡 Una regla sencilla como “el ácido al agua” y una acción básica como “agua corriente abundante” pueden marcar la diferencia entre un procedimiento seguro y una emergencia.

 

La seguridad no es un detalle, es la base del trabajo científico responsable.

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