Floración de algas’ es el término utilizado para describir la rápida multiplicación del fitoplancton, plantas marinas microscópicas que flotan sobre la superficie del mar o cerca de ella. La clorofila que usa el fitoplancton para la fotosíntesis tiñe colectivamente las aguas oceánicas circundantes, proporcionando una forma de detectar estos pequeños organismos desde el espacio, explica la Agencia Espacial Europea en un comunicado.
En
la mayor parte del mar Báltico, hay dos floraciones anuales: la floración de
primavera y la floración de cianobacterias (también llamadas algas
verdeazuladas) a fines del verano. El Mar Báltico enfrenta muchos desafíos
serios, incluidos contaminantes tóxicos, deficiencias de oxígeno en aguas
profundas y floraciones tóxicas de cianobacterias que afectan el ecosistema, la
acuicultura y el turismo.
Las
cianobacterias tienen cualidades similares a las algas y prosperan con el
fósforo del agua. Las altas temperaturas del agua y el clima soleado y
tranquilo a menudo conducen a floraciones particularmente grandes que plantean
problemas para el ecosistema.
En
esta imagen capturada el 20 de julio de 2019, son claramente visibles las
rayas, remolinos y remolinos de las flores de finales de verano, mezcladas por
vientos y corrientes. Sin mediciones in situ, es difícil distinguir el tipo de
algas que cubre el mar, ya que en estas aguas crecen muchos tipos diferentes de
algas.
Se dice que las concentraciones más altas de floraciones de algas ocurren en el Báltico Central y alrededor de la isla de Gotland.
¿Cómo afectan estas floraciones de algas al Mar
Báltico?
Aunque la proliferación de algas es una parte natural y esencial de la vida en el mar, también se dice que la actividad humana aumenta el número de floraciones anuales. La escorrentía agrícola e industrial vierte fertilizantes en el mar, proporcionando los nutrientes adicionales que las algas necesitan para formar grandes floraciones.
Las
bacterias que consumen las plantas en descomposición absorben el oxígeno del
agua, creando zonas muertas donde los peces no pueden sobrevivir. Las grandes
floraciones de verano pueden contener algas tóxicas que son peligrosas tanto
para los humanos como para otros animales.
Los
datos satelitales pueden rastrear el crecimiento y la propagación de
floraciones de algas nocivas para alertar y mitigar los impactos dañinos para
las industrias del turismo y la pesca.
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