Un nuevo análisis del ADN ambiental de cientos de regiones del mundo ha
logrado demostrar que el número de bacterias con enzimas que degradan el
plástico está creciendo rápidamente.
El plástico se está convirtiendo en el nuevo alimento de algunas bacterias, según investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, Suecia.
Las nuevas tecnologías al servicio de la
investigación
Parte de la información fue obtenida de la vinculada a la contaminación
ambiental que genera el plástico. Más precisamente, de todo lo relativo a los
llamados micro plásticos, mínimos trozos de plásticos que se cuelan en todos
los entornos naturales.
Para comprender rápidamente, y en su totalidad, la prevalencia de
enzimas dentro del cuerpo de microbios con mayor potencial de degradación
plástica, los investigadores utilizaron modelos informáticos especializados.
Todos los análisis demostraron que el potencial de
degradación del plástico por microbios, en cualquier parte del mundo, está
aumentando sensiblemente.
Según el equipo investigador, esto está vinculado directamente al aumento creciente de la fabricación de plásticos.
El plástico ha invadido el mundo
Durante el transcurso de sus investigaciones, los científicos pudieron
detectar más de 30.000 tipos de enzimas capaces de degradar hasta 10 tipos
distintos de plástico, que se emplean en la fabricación de objetos de uso
cotidiano.
La mayor cantidad de microbios con esas capacidades se encontraron en muestras tomadas del Mar Mediterráneo y del Océano Pacífico Sur, dos áreas conocidas por sus altos niveles de contaminación por plástico.
El primer autor del estudio, Jan Zrimec, indica que tanto él como sus
colegas quedaron sorprendidos al encontrar una cantidad tan grande de microbios
capaces de degradar el plástico, en hábitats tan distantes y tan diferentes.
Según Alexei Zelezniak, profesor de biología de sistemas en Chalmers, cree que son muy interesantes los resultados obtenidos, pues sería posible diseñar comunidades microbianas, en el laboratorio, con capacidad de degradar los microplásticos.
El deterioro de los microplásticos
Los microplásticos se desgastan y resquebrajan a medida que pasa el tiempo y son cada vez más dañinos para el ser humano. Se van haciendo más pequeños hasta volverse imperceptibles, y solo mediante análisis de laboratorio puede comprobarse su presencia. Pero su potencial destructivo sigue estando allí y, según Zelezniak, solo las bacterias podrían encargarse de su desaparición.
Según los datos existentes, se estima que una persona puede ingerir
alrededor de 100.000 partículas de microplásticos en un año. Estos tienen la
capacidad de atravesar las barreras epiteliales del tracto gastrointestinal, de
la piel o las vías aéreas, pero aún se desconocen los efectos que pueden
ocasionar para la salud.
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para alimentarse de plástico.
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