Reciclar plástico hasta disminuir la contaminación es la urgencia de hoy y
una ingeniera keniata logró transformar estos desechos en ladrillos de plástico.
La contaminación plástica es uno de los
problemas más tóxicos de la humanidad. El constante y masivo desecho de
plásticos amenaza con convertir el planeta en un gigante basurero. El reciclaje de estos materiales es insuficiente
y buscar otras alternativas para su utilización es primordial para evitar que
llegue a los ecosistemas, un buen ejemplo son los ladrillos de plástico.
Considerando que el promedio de uso de una bolsa de
plástico es de 12 minutos y su descomposición es de casi medio milenio, ¿de qué
otra forma se va a usar esa bolsa el resto de su vida útil? La respuesta es:
ladrillos de plástico.
La ingeniera keniata, Mzambi Matee, se sintió
inspirada en la acumulación de desechos en su ciudad natal de Nairobi para
crear un nuevo material. La solución innovadora promueve el uso circular de
plásticos y no el desecho automático.
Gjenge Makers es la empresa fundada por esta joven, en esta empresa se transforman plásticos en materiales de construcción sostenibles y duraderos utilizando máquinas diseñadas por la ingeniera.
Los ladrillos de plástico que redefinen la
construcción
Los materiales que resultan de esta
transformación son ladrillos de plástico mucho más fuertes que el concreto. Una opción bastante sostenible para
sustituir a uno de los materiales más contaminantes del planeta.
La joven emprendedora es ahora diseñadora de un
sistema que convierte el polietileno de alta densidad, polietileno de baja
densidad y plásticos de polipropileno en sólidos ladrillos para la
construcción.
“Hay desechos que ya no pueden procesar;
no pueden reciclar. Eso es lo que obtenemos”, indica Matee. En lugar de llevar a un
vertedero sin propósito todos los desechos que no se pueden reciclar, se envían
a la empresa de Matee.
Una vez que lleguen ahí, las altas temperaturas y la compresión de las máquinas transforman el material en un nuevo y colorido ladrillo de plástico. Gracias a que toma diferentes tamaños y espesores, el ladrillo puede utilizarse para construir muros, pavimentar caminos y mucho más.
Hasta ahora, la fábrica de la ingeniera keniata ha procesado 20 toneladas de residuos plásticos, lo cual equivale a unos 1,500 ladrillos producidos por día. Además, el beneficio ambiental no es la única ventaja debido a que la empresa crea oportunidades de trabajo para jóvenes y mujeres.
Este proyecto en todo sentido es un ganador y como efecto de sus acciones, Matee fue uno de los siete ganadores del premio de sostenibilidad de Jóvenes Campeones de la Tierra de la ONU para innovadores menores de treinta años. Celebramos su victoria por el planeta y por la disminución de residuos.
“Construya alternativamente, construya de manera asequible, construya de
manera sostenible”- Gjenge Makers
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