Lo cierto
es que se plantearon muchas dudas respecto a la manera correcta de enunciar
este término y la respuesta tiene una historia interesante. La confusión surgió
por la omisión de un signo de puntuación, en este caso de una coma.
Es que ya
lo sabes, la ausencia o presencia de una coma puede alterar completamente el
significado de una oración, ¿verdad? Pues aquí se combinó una situación de
estas con un error a la hora de interpretar una traducción. Todo se remonta a
1972, en una cumbre en Estocolmo, cuando la falta de tipeo de una coma en un
glosario para periodistas instaló y perpetuó el error. Se trató de la palabra
en inglés environment, la cual se definió: medio ambiente, pero sin la coma
para separar ambas palabras que en efecto significan lo mismo. La forma
correcta debió haber sido «environment: medio, ambiente».
Es que
decir «medio ambiente» es redundante o lo que se llama una tautología. Desde el
punto de vista lingüístico es un pleonasmo. Sería algo similar a decir «cultura
humana», algo que es redundante puesto que no existe ninguna cultura que no sea
humana. Lo mismo sucede al decir «sustancia química», porque tampoco existe
ninguna sustancia que no sea química.
¿Esto quiere decir que ‘medio ambiente’ es una construcción incorrecta? Lo cierto es que el lenguaje es dinámico y, de hecho, se usa. La Real Academia Española lo incluyó en sus diccionarios, pero no deja de ser una construcción idiomática originada en un error lingüístico de origen.
Para
aportar un dato divertido, el escritor argentino Adolfo Bioy Casares escribió
en su «Diccionario del Argentino Exquisito» la siguiente definición: «Medio
ambiente: pleonasmo que hizo fortuna y llegó a tener secretaría propia».
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