Si el mundo
ha visto un futuro sombrío con la aparición de la COVID-19, los efectos de un
calentamiento global de 3-4 °C a fines de siglo nos presentan un nivel de
incertidumbre completamente diferente, incluso en términos de salud.
La acción
temprana, dentro de una agenda de trabajo a largo plazo, para abordar el cambio
climático, evitar la destrucción y fragmentación de hábitats, revertir la
pérdida de biodiversidad, reducir la contaminación y mejorar la gestión de
desechos, será fundamental para una recuperación transformadora y ecológica.
Para
enfrentar una crisis de salud que ha causado un shock social y económico
global, países en todo el mundo están adoptando importantes programas de apoyo
económico.
Más allá de
las respuestas sanitarias directas, los paquetes de estímulo fiscal brindan la
oportunidad de iniciar una recuperación que nos coloque en el camino hacia el
desarrollo sostenible con la creación de empleos verdes.
Un nuevo
informe del Instituto para la Economía del Clima (I4CE), titulado Invertir en
el clima puede ayudar a Francia a impulsar su recuperación económica, llama a
diseñar un paquete de financiación pública de 7.000 millones de euros que,
según calculan los expertos, podría generar 19.000 millones de euros
adicionales en inversión pública y privada. Dicho paquete de estímulo
contribuiría a la recuperación económica pospandemia y haría que Francia sea
más resistente a los shocks futuros, sin reducir su contribución a los
objetivos climáticos internacionales, indica el estudio.
"I4CE
está convencido de que la acción climática no es un obstáculo para la
recuperación de la crisis, sino una respuesta efectiva a la demanda de
resiliencia que probablemente surgirá en Europa", dice Ian Cochran,
director del Programa para Instituciones Financieras de I4CE.
Priorizar
el medio ambiente, la economía y la salud
I4CE cree
que los paquetes de recuperación deben priorizar los resultados relacionados
con:
El medio ambiente: mantener la credibilidad del Pacto Verde Europeo, preservar el capital industrial de los sectores con bajas emisiones de carbono y adaptar la economía al cambio climático.
La
economía: contribuir a la reactivación de las empresas a corto plazo, al tiempo
que se reduce la exposición a crisis futuras como las crisis de los precios del
petróleo o el colapso de las cadenas de suministro industriales o de alimentos.
Salud:
reducir la vulnerabilidad de la sociedad frente a las amenazas para la salud,
particularmente al mejorar la calidad del aire y mejorar el acceso a la
calefacción o refrigeración.
Sobre la
base de su evaluación de las inversiones incorporadas en la estrategia
climática nacional de Francia, I4CE ha identificado 30 inversiones favorables
al clima y a la recuperación para acondicionar viviendas públicas y privadas y
otros edificios, desplegar vehículos de pasajeros con bajas emisiones y
desarrollar infraestructura ferroviaria y de transporte público urbano,
ciclovías y electricidad renovable.
Los
investigadores creen que los gobiernos locales necesitarán aumentar los niveles
actuales de inversión y cofinanciación en 2.100 millones de euros por año, con
el apoyo del gobierno central. Los bancos estatales deberían aumentar sus
nuevos compromisos con empresas, gobiernos locales y empresas de proyectos en
2.300 millones de euros por año.
"Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otras organizaciones, los paquetes de estímulos fiscales a gran escala son una oportunidad para colocar a las economías y sociedades en un camino más resiliente en línea con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible", dice Ligia Noronha, directora de la División de Economía de PNUMA .
Según el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 de PNUMA, debemos reducir las emisiones globales 7,6% cada año en la próxima década si queremos limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C para fines de siglo. Esto requiere que todos los países del mundo quintupliquen la ambición de sus compromisos climáticos.
La
naturaleza está en crisis, amenazada por la pérdida de hábitats y
biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación. Si no actuamos, le
fallaremos a la humanidad. Abordar la nueva pandemia de coronavirus y
protegernos de futuras amenazas mundiales requiere una gestión segura de los
desechos médicos y químicos peligrosos; un manejo sólido de la naturaleza y la
biodiversidad; y un claro compromiso de "reconstruir mejor", crear
empleos verdes y facilitar la transición hacia economías neutras en carbono. La
humanidad depende de la acción inmediata para un futuro resiliente y
sostenible.
Fuente: ONU. Niklas Hagelberg: Niklas.Hagelberg@un.org
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