“Los cadáveres representan siempre un delicado
problema social, psicológico y cultural, agravado cuando los restos humanos se
presentan en gran cantidad. Antes de su enterramiento o cremación, los cuerpos
deberán ser identificados y registrados, para lo cual se tomará toda la
información necesaria (ubicación del cadáver, información de parientes y
vecinos).
Ocasionalmente se requerirán autopsias, ya que no
todas las muertes son por causa del contagio con coronavirus COVID19.
Siempre deberán tomarse en cuenta los aspectos
culturales y legales asociados” “Se deberá evitar el uso de fosas comunes2, ya
que por principio se debe conceder a las víctimas una identificación y entierro
apropiados. No es solo que existe la necesidad legal y social de identificar a
los cadáveres, sino que también se debe brindar apoyo moral a los familiares.
La angustia de los familiares es similar a los desaparecidos en guerras o
masacres.
Por ello debe desterrarse el mito de que la presencia
de cadáveres es un grave problema de salubridad, ante esto, las autoridades
deben disponer que las empresas de servicios exequiales presten permanentemente
las facilidades para agilizar los procesos funerarios, que a veces promueve el
uso precipitado de las fosas comunes; por el contrario, el Gestión de Residuos
Sólidos en Situaciones de Desastre. Organización Panamericana de la Salud, OPS,
2003, p.49 2 Ministerio de Salud Pública de Cuba. Salud ambiental con
posterioridad a desastres. Cuba, 1998, p. 19 manejo apropiado de los cuerpos
después de los desastres naturales es más bien una cuestión de bienestar mental
colectivo, de ética y de dignidad humana Para el manejo de cadáveres que no
pueden ser atendidos en los centros hospitalarios y estos aparezcan en las
comunidades es importante que los gobiernos locales y las autoridades de salud
generen formularios de registro expedito de los nombres y datos de las personas
fallecidas y están sean evacuadas de las comunidades en un periodo no mayor a
las 24 horas.
De cualquier forma, el manejo de cadáveres debe ser
rápido, con el fin de evitar su descomposición al aire libre y la generación de
malos olores. Se deben seguir las normas legales de cada país respecto al
reconocimiento y entrega de los cuerpos a familiares y buscar soluciones
inmediatas para casos particulares. Es recomendable que los cadáveres no se
acumulen por más de dos días, a menos que se conserven en lugares apropiados
como cámaras frías o similares como contenedores. En el caso de quen se requiera
mantener los cadáveres por más tiempo y no se cuente con cámaras frías, se debe
recurrir al plan de enterramiento inmediato no se debe permitir cadáveres por
periodos de mayores a las 48 horas.
En caso que los familiares no puedan encargarse de
los procesos exequiales, y debe el gobierno responsabilizarse, en este caso, es
preferible hacer el enterramiento, de haber áreas disponibles, en lugares
relativamente alejados y de preferencia en zonas no inundables. Este es
considerado el método más efectivo, socialmente aceptable y físicamente
posible. En los casos en que las condiciones obligan a sepultar rápidamente a
los cadáveres, se recomienda el enterramiento individual. Las tumbas deberán
por lo menos numerarse y ser señaladas con los datos disponibles. Se guardarán
estos datos para investigaciones futuras.
En caso que el número de cadáveres no sea posible
ser manejado por los familiares a través de las empresas exequiales, y debido a
que en muchas áreas dicha demanda podría provocar una epidemia de mayores
proporciones es importante que los gobiernos locales con casos confirmados,
prevean y preparen fosas individuales o comunes en áreas habilitadas en los
cementerios públicos o privados, de forma de poder realizar un enterramiento
inmediato en caso de que las personas no logren llegar a un centro
hospitalario.
Para los cuerpos que se dejen abandonado en las
aceras fuera de las viviendas estos deberán ser rociados con cal y depositados
en bolsas negras para ser llevados a las fosas comunes, procurando llevar un
registro de identificación de dichas personas fallecidas, para que
posteriormente se pueda hacer una placa por cada fosa común en donde estas
personas puedan ser recordados por sus seres queridos.
El manejo de fosas comunes estas deben ser
trincheras excavadas con maquinaria de al menos 4 metros de largo por 2 metros
de ancho y una profundidad de 3 a 4 metros de acuerdo al nivel freático que
debe quedar a 3 metros por debajo como mínimo, en donde se puedan colocar entre
32 a 64 cadáveres, cada capa se conformara por 8 cadáveres, a los cuales se le
colocara una capa de 2 centímetros de cal y 30 cm de tierra, para luego colocar
los 8 siguientes cadáveres.
Al final de completar el llenado de cada fosa común
se deberá colocar una capa no menor de 1.50 metros de tierra como cobertura
final, conformando un montículo de 50 cm adicional sobre el nivel del terreno
para absorber asentamientos, además el lugar en donde se excave la trinchera no
deberá ser OPS/Programa de Preparativos para Situaciones de Emergencia y
Coordinación del Socorro en Casos de Desastre.
Desastres: preparativos y mitigación en las
Américas, Boletín 80. Washington, D.C., 2000, pp. 1 y 7 zona inundable y se
deberá garantizar un drenaje perimetral de las aguas lluvias para que estas no
se llenen de aguas lluvias en el periodo lluviosos.
Si en dado caso no se llenare la fosa en un día la
última capa conformada por cadáveres deberá colocársele una capa de tierra de
al menos un metro la cual podrá ser removida el día siguiente con maquinaria en
un 50% al menos.
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