Eric San Juan
/ EFE
Ho Chi Minh
(Vietnam)
Vietnam toma posiciones para
introducir sus aguacates en el mercado de Estados Unidos y aprovechar la
posible escasez de este fruto por las crecientes tensiones entre México y el
presidente estadounidense, Donald Trump, que amenaza con cerrar la frontera.
Aunque las 30.000 toneladas que cada
año produce el país asiático se quedan en su gran mayoría en el mercado
doméstico, el Gobierno de Hanói recalcó este mes su interés en obtener la
licencia para que los aguacates vietnamitas lleguen a los consumidores estadounidenses.
“Por ahora no podemos exportar a casi
ningún país, con excepción de Europa, donde no nos interesa porque al estar muy
lejos el transporte es demasiado caro, cinco dólares por kilo si lo enviamos en
avión”, dice a Efe Pham Trinh, gerente de la compañía Kado, uno de los mayores
productores de aguacate de Vietnam.
El interés mostrado por el país
asiático coincide con las tensiones de Trump con México, que han provocado un
fuerte aumento de precios en EE.UU. por miedo a que se restrinja la importación
de este fruto o a que Trump cumpla con su amenaza de clausurar la frontera.
México es el principal proveedor de
aguacates de EE.UU., con una venta de 904.000 toneladas en 2018, muy por encima
de las 81.000 toneladas provenientes de Perú, las 26.000 de la República
Dominicana y las 25.000 de Chile, otros países que podrían sacar provecho de
las tensiones entre México y la Casa Blanca.
Los productores de aguacates
vietnamitas esperan que la incertidumbre provocada por estas desavenencias
contribuya a un acuerdo entre Hanói y Washington que les abra las puertas del
mercado.
“Estamos listos para exportar cuando
haga falta. En Vietnam no se produce más aguacate porque casi toda la
producción va al mercado doméstico, solo una pequeña parte va a Camboya y
Tailandia. Pero exportar a Estados Unidos sería sencillo y barato por barco”,
explica Trinh.
Para ello tendrían que cumplir con
los requisitos de control de calidad en toda la cadena de producción, algo para
lo que las empresas más punteras aseguran estar preparadas.
“Dependemos de que los gobernantes
lleguen a un acuerdo, nosotros ya cumplimos con todas las condiciones en
nuestros procesos”, subraya la gerente de Kado, que produce 1.000 toneladas al
año.
Las autoridades vietnamitas llevan
varios años promocionando el cultivo de aguacate en la zona montañosa de Dak
Lak, en el centro del país, y han pedido a los agricultores que mantengan la
producción todo el año.
Uno de los posibles obstáculos para
la exportación es la variedad, ya que en Vietnam escasea el aguacate hass (de
pequeño tamaño y piel rugosa y oscura), preferido por los consumidores
occidentales.
“Los vietnamitas –dice Trinh- usan el
aguacate sobre todo para hacer batidos y prefieren una variedad más grande y
alargada, de piel más clara. Pero es muy fácil producir el hass, se puede hacer
con injertos de otras ramas en el mismo árbol”.
De conseguir entrar en EE.UU., el
aguacate seguiría los pasos de otro producto en directa competencia con México:
el mango vietnamita, cuya exportación fue aprobada el pasado febrero, diez años
después de la solicitud de la licencia.
Al igual que ocurre con el aguacate,
casi toda la producción de mango (el 96 por ciento) se queda en el mercado
doméstico, pero tras el primer envío realizado en abril, los productores
esperan ir llegando a las mesas estadounidenses.
El mango es la sexta fruta vietnamita
que penetra el mercado de EE.UU. después de la fruta del dragón, el rambután,
el lichi, el ojo de dragón y el caimito.
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