La semana pasada las alarmas de todas
las autoridades ambientales europeas se encendieron cuando repentinamente las
aguas del estrecho del Bósforo, una franja de marítima que separa a Europa de
Asía justo frente a las costas de Estambul y conocidas por su color azul oscuro
–de hecho se le llama mar negro– se tornaron repentinamente de un color cercano
al turquesa.
Los residentes notablemente molestos por
la situación, atribuida inicialmente a algún tipo de contaminación química,
empezaron a subir sus fotografías en redes sociales y a preguntarse por la
explicación del fenómeno.
Las dos hipótesis que inicialmente
cobraron más fuerza fueron que alguna compañía había vertido intencionalmente
una sustancia en las aguas a través del sistema de drenaje –esta idea cobró
mucha fuerza debido a que un fuerte olor acompañó el cambio de color, la
segunda hipótesis lo vinculó con un terremoto que tuvo lugar en la región el
lunes pasado.
No obstante, ambas ideas eran erradas.
Resulta ser un un tipo de fitoplancton conocido como Emiliania huxleyi, es el
responsable de este repentino cambio. De hecho, el profesor de ciencias
ambientales Ahmet Cemal Saydam, de la Universidad de Hacettepe, aseguró que
esto es una bendición para el Mar Negro”, quién además explicó que este
microorganismo es bueno particularmente para las anchoas, un alimento muy
popular en Turquía.
Fue tan notorio el cambio que incluso
fue perceptible para los satélites de la NASA desde el espacio.
¿Te
habrías imaginado una explicación de este tipo?
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