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lunes, 20 de marzo de 2017

ACCESO AL AGUA Y NUTRICIÓN EN PAÍSES EN DESARROLLO



















Estas son las principales conclusiones de uno de los estudios que hemos realizado en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (CEIGRAM) con el objetivo de desvelar cuáles son los factores que explican la mejora en los niveles de subnutrición en los países en desarrollo.

Aunque el crecimiento económico es un requisito previo importante para mejorar la nutrición en estos países, no es una condición suficiente. La inversión en acceso al agua, salud y educación han demostrado ser factores clave a la hora de reducir los niveles de población subnutrida.


La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la subnutrición como la ingesta de alimentos insuficiente para satisfacer las necesidades de energía alimentaria de manera continua. El hambre y la subnutrición son problemas persistentes que afectan a más de 800 millones de personas especialmente en los países en desarrollo.

La velocidad a la que se logra reducir el número de personas subnutridas no es la misma según el país que se analice. A pesar de los progresos obtenidos en la reducción del hambre, el problema de la subnutrición en los países en desarrollo continúa siendo un reto pendiente de resolver por la comunidad internacional.


¿Qué factores explican que la mejora en los niveles de subnutrición sea más rápida en unos países que en otros? ¿Contribuye el crecimiento económico a acelerar la reducción de los niveles de subnutrición?

Para intentar responder a estas preguntas, definimos modelos econométricos con datos de panel utilizando como fuente la base de datos de los indicadores de desarrollo del Banco Mundial.


La muestra utilizada ha sido de 27 países en desarrollo, en un período temporal comprendido entre 1991 y 2012. Los primeros resultados evidenciaron que no todos los países han seguido una misma pauta en su evolución

mientras que unos han conseguido grandes avances en breve espacio de tiempo, otros han visto cómo la mejora en los niveles de subnutrición requería de un mayor plazo.

Los resultados del estudio permiten concluir que son necesarios casi dos años de crecimiento anual de ingresos para conducir a mejoras en la subnutrición.
A su vez, a medida que el crecimiento económico se sostiene en el tiempo, su impacto en la reducción de la subnutrición es mayor, de modo que el impacto positivo del crecimiento económico sostenido en un plazo de entre tres y ocho años es superior al impacto del crecimiento económico en el corto plazo.


El crecimiento económico es necesario para reducir los niveles de subnutrición, pero no es una condición suficiente. El impacto del crecimiento económico sobre la subnutrición muestra una doble vía: el impacto directo asociado al aumento de la renta per cápita y un impacto indirecto en la subnutrición vinculado a la inversión en servicios sociales, como es la inversión en educación, salud, acceso al agua y saneamiento.

En el estudio se demuestra que el impacto indirecto del crecimiento económico a través de las citadas inversiones clave para la seguridad alimentaria supone cerca del 50% de su impacto total sobre la subnutrición.


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