Casi todos los afluentes de los ríos
Yaque del Norte, Yaque del Sur, Yuna y Nizao nacen en el Parque Nacional de
Valle Nuevo, en Constanza, provincia La Vega.
A su vez, las aguas de esos caudales
abastecen las presas Tavera-Bao, Jigüey- Aguacate, Valdesia, Sabana Yegua,
Sabaneta, Rincón y Hatillo, que a su vez nutren los acueductos Santo Domingo,
San Cristóbal, Baní, San Juan, Del Suroeste, San Francisco de Macorís, Salcedo,
Villa Tapia, Tenares, Santiago, Moca, Navarrete, Esperanza y Montecristi.
“Desde el punto de vista hidrológico,
prácticamente todas las grandes obras y la mayoría de las obras de mediana
magnitud de infraestructura hidrológica están asociadas a Valle Nuevo, por lo
tanto, el papel fundamental de Valle Nuevo es producir agua. Son muy pocas las
estructuras hidráulicas del país que no dependen de Valle Nuevo”, indicó Luis
Carvajal, coordinador de la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD).
El agua de Valle Nuevo no sólo la
consumen unos siete millones de dominicanos, sino que baña miles de de tareas
de tierra en el país.
“Valle Nuevo le da agua a todos los
valles agrícolas importantes de la República Dominicana: Cibao Oriental, Cibao
Occidental, Cibao Central, le da agua al Valle de San Juan, a la Plena de Azua,
a toda la producción agrícola en Ocoa, Montecristi y Barahona”, precisó.
Recordó, además, que la productividad de
los suelos está íntimamente asociada a la producción de agua.
El catedrático definió el Parque
Nacional como un centro de producción de agua, de productividad agrícola, de
regulación de correntias y de estabilidad climática.
También afirmó que es un lugar donde se
concentra y dispersa la biodiversidad y se refugian especies nativas y
endémicas amenazadas.
Riego en comunidades
De acuerdo con el portal web del
Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), un millón 96 mil tareas se
encuentran bajo riego en Los Almácigos (Santiago Rodríguez), Monsieur Bogaert
(Santiago), Fernando Valerio (Montecristi), Cerro Gordo (Montecristi), Roselia
(La Vega) y Villa Vásquez (Montecristi), gracias a las aguas del Yaque del
Norte.
Mientras, son irrigadas con agua
proveniente del Yaque del Sur unas 803,072 tareas en unas setenta comunidades,
entre ellas Tabara Arriba (Azua), Arroyo Salado (María Trinidad Sánchez) y
Jaquimeyes (Barahona).
El río Yuna proporciona agua a unas
244,880 tareas en las localidades El Aguacate y Caño Barracote, en la provincia
Duarte.
En tanto, el río Nizao irriga alrededor
de 195,312 tareas en las comunidades Nizao (Baní), Najayo (San Cristóbal) y
zonas de Baní.
Carvajal, quien es también miembro de la
Academia de Ciencias, precisó que la cantidad de agua que nace en Valle Nuevo
se traduce en un bien primario que garantiza la sobrevivencia humana.
Generación de energía y hectáreas
irrigadas
Las presas que se alimentan de los ríos
que nacen en Valle Nuevo generan alrededor de 337 megavatios que impactan a
localidades de diferentes puntos del país.
Tavera, Sabana Yegua, Sabaneta y Rincón
aportan cada año al sistema energético de 336.3 gigavatios.
“Y mientras más agua produce y la ceda
con mayor disciplina, es decir, en vez de que el agua llegue y baje
torrencialmente, pueda infiltrarse y estructurar el flujo base de los ríos, y
pueda evitar la erosión que termina disminuyendo la vida útil de las presas...
y pueda desarrollar la función de generación de energía hidráulica y pueda
garantizar la productividad aguas abajo...
esos son los elementos fundamentales que
tú esperas de Valle Nuevo”, comentó Luis Carvajal.
Asimismo, unas 272,179 hectáreas son
irrigadas por las presas Tavera, Valdesia, Sabana Yegua, Sabaneta y Rincón, de
acuerdo con el Indrhi.
“Esa agua que se infiltra lentamente y
que va a formar el flujo base de los ríos es la garantía de que los acuíferos
aguas abajo recarguen y de que para periodo de sequía tú puedas disponer
siempre de agua”, acotó el ambientalista.
RESOLUCIÓN RESCATE VALLE NUEVO
El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos
Naturales comenzó hace varios días el desmonte de instalaciones destinadas a la
producción agrícola en el Parque Nacional Valle Nuevo.
De acuerdo con una comunicación de la
institución, el operativo se inició en un campo de fresas ubicado Rancho al
Medio.
La medida se adopta en cumplimiento de la
resolución 14/2016, que otorgó un plazo de 120 días para finalizar las labores
de producción agrícola dentro del área protegida.
De acuerdo a la entidad, el desmonte se
realizará de manera paulatina, priorizando las mayores extensiones de terreno.
De igual forma, la entidad aseguró que las producciones que les falten semanas
para cosechar se les permitirá concluir su período.
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