El clima anda dando tumbos, y de una situación extrema
derivada de la falta de agua pasamos ahora al otro lado, y nos enfrentamos a
lluvias en exceso con consecuencias que serán de lamentar para miles de
personas, especialmente aquellas que habitan los márgenes ribereños de miles de
ríos que cruzan la geografía nacional y los que viven en barrios construidos en
laderas inestables, con una altísima vulnerabilidad.
Es que mientras que el fenómeno del Niño afecta
principalmente a los ricos propietarios de tierras y grandes cultivos, a las
poderosas empresas generadoras de energía hidráulica, a los potentados e
influyentes ganaderos, la Niña viene con todo contra los más pobres, quienes
son los que más sufren por los excesos de agua.
El enfriamiento del Pacífico ya comenzó, y las
condiciones oceánico-atmosféricas están dadas para que se inicie la fase
contraria al Niño. Aunque las entidades oficiales, como el Ideam en Colombia y
el CPC o el Instituto IRI en Estados Unidos, o el Bureau de Meteorología de
Australia, no van a declarar una Niña aún, porque técnicamente se necesita que
haya al menos 3 meses seguidos con promedios trimestrales de anomalías de las
temperaturas superficiales del océano Pacífico inferiores a más de medio grado
por debajo de los promedios, los efectos climáticos del enfriamiento, que ya
comenzó, se sentirán desde ya y durante todo el segundo semestre del 2016.
La probabilidad de que se consolide el fenómeno de la
Niña es para mí del 100 por ciento, como lo muestran las estadísticas del
pasado después de terminados los anteriores eventos del Niño intensos (1972-73,
1982-83 y 1997-98).
Así está sucediendo, y no hay que esperar para alistar
recursos humanos y materiales para atender los miles de casos de emergencias
hidrometeorológicas que van a presentarse en las diferentes regiones del país
en la segunda mitad de este año, pero principalmente en las regiones Andina,
Caribe y Pacífica.
En los llanos y la Amazonia generalmente ocurre lo
contrario.
La Niña que se debe presentar será de moderada
intensidad, con temperaturas superficiales del Pacífico que podrían estar entre
1 y 2 ºC por debajo de lo normal.
Además, existe un 75 por ciento de probabilidad de que
esta Niña sea de larga duración, extendiéndose hasta el 2017 y 2018. O sea que
podría durar entre dos y dos años y medio, como sucedió en los eventos de la
Niña que se presentaron posteriores a esos tres Niños intensos, anteriormente
mencionados.
Esto indica, a su vez, que se puede esperar un clima
lluvioso en extremo durante algunos meses seguidos, produciendo alegría a los
generadores de energía hidroeléctrica y a los agricultores, pero muchas
penurias a los miles de familias que viven en zonas inundables o que se podrían
deslizar.
Esta Niña en formación ya se ha dejado sentir en París
y otros sectores de Europa occidental con las dramáticas crecientes e
inundaciones, que contrastan con los grandes calores y sequías que afectaron a
Francia y a gran parte de Europa en el 2015. Son eventos que tienen impacto
global.
MAX HENRÍQUEZ DAZA
Terminó “El Niño” y ahora se
viene el fenómeno de "La Niña"
Habrá una disminución de las aguas del Pacífico con
temperaturas bajas y perturbaciones meteorológicas como lluvias, huracanes y
nieve.
El
fenómeno meteorológico de El Niño, que desde 2015 provocó
inundaciones y sequías en todo el mundo, terminó en mayo pero el fenómeno
inverso, La Niña, podría manifestarse de nuevo en el tercer
trimestre de 2016, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
"Los
indicadores atmosféricos que revelaban la presencia de un episodio intenso de
El Niño a principio del 2016 volvieron a valores casi normales en junio y
julio", indicó el jueves la OMM en un comunicado.
El
Niño, un fenómeno que se produce cada cuatro a cinco años con una intensidad
variable, provoca un aumento de la temperatura del Océano Pacífico, lo que
resulta en sequías y lluvias superiores a lo normal.
A veces, es seguido por un fenómeno inverso, La Niña,
provocado por una disminución de las aguas del Pacífico, que conlleva a una
caída de las temperaturas y perturbaciones meteorológicas (lluvias, huracanes,
nieve...).
Según
la OMM, "La Niña podría manifestarse en el tercer trimestre de 2016"
pero no será comparable al último fenómeno de La Niña (2010-2011), de
intensidad moderada a fuerte.
Según
los climatólogos de la NASA, los primeros seis meses de 2016 fueron los más
calurosos de la historia.
Pero
con La Niña, 2017 será menos caluroso, predijo el climatólogo Gavin Schmidt,
director de estudios espaciales del Centro Goddard de la Nasa
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