Se cree que el primer Árbol de
Navidad tal y como lo conocemos hoy nació en Alemana en 1605.
La tradición proviene de los celtas
de Europa central. Más tarde, San Bonifacio decidió adaptar esta costumbre
pagana al cristianismo.
En nuestros días la tradición se
mantiene y ahora se intenta combinar también con lo ecológico.
Por eso hay organizaciones que
ponen a la venta árboles ecológicos, para evitar la tala incontrolada y también
con un fin benéfico. Ellos nos enseñan cómo cuidarlos para que se pueda replantar
después de estas fiestas.
Según cuenta la leyenda, entre los
años 680 y 754, San Bonifacio, evangelizador de Alemania, entendió que era
imposible acabar con la tradición celta, centro europea, del Árbol por Navidad,
que representaba a varios dioses paganos, y decidió adaptarla dándole un
sentido cristiano.
Esta religión tomó la idea del
árbol para celebrar el nacimiento de Cristo.
Se cree que el primer Árbol de
Navidad, tal y como hoy lo conocemos apareció en el siglo XVII en Alemania.
A España, dicen que llegó por una
mujer de origen ruso, casada en segundas nupcias con un aristócrata español.
Así hasta nuestros días. Desde hace años muchas familias optan por el árbol
artificial, más cómodo, más barato y vale para varias navidades. Sin embargo,
algunas organizaciones ponen en marcha en estas fechas, una iniciativa de
árboles ecológicos de Navidad, que además tiene una vertiente solidaria.
Estas organizaciones se aseguran de
que los árboles que venden tienen esa procedencia controlada, porque la tala
indiscriminada o individual que podamos hacer de abetos para Navidad, causa un
gran daño al bosque.
La tradición del Árbol sigue
estando en nuestras casas. Y es que Árbol y Belén o sólo Árbol, sin ellos, no
parecería Navidad.
Para completar la conciencia ecológica,
nos queda cuidar nuestro Árbol de Navidad.
Situarlo cerca de la luz, lejos de
la calefacción y regarlo cada cierto tiempo.
Y después ¿qué? Nunca su destino
debe ser la basura si el ejemplar está vivo.
Se puede llamar a estas
organizaciones para que se recoja el Árbol. Se replantará, si es posible o si
no se convertirá en compós o biomasa.
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